La crisis política y social que vive Chile desde hace casi un mes se ha trasladado a la economía: este martes, el peso chileno alcanzó su menor valor desde 2002, hasta cambiarse a 783 pesos por dólar, un 3% más que el lunes. Mientras tanto, la Bolsa de Santiago se hundía en idéntica proporción.
El particular martes negro chileno llega en plena oleada de protestas y después de que el Gobierno de Sebastián Piñera se abriese el domingo a cambiar la Constitución de 1980 mediante un posible proceso constituyente del que no se conocen mayores detalles.
El presidente del banco central, Mario Marcel, reiteró la "voluntad de los responsables políticos de actuar ante situaciones anómalas", y dijo que tiene una "variedad de instrumentos a su disposición." La incertidumbre actual "debe contrastarse con los fundamentos económicos" que siguen siendo sólidos", dijo en un comunicado, según reporta Bloomberg.
Los comentarios fueron suficientes para estabilizar el peso, que había estado en caída libre durante gran parte de la mañana, ya que una huelga nacional aumentó la presión sobre un gobierno que lucha por responder a más de tres semanas de disturbios y protestas.
"Definitivamente es una intervención verbal", dijo Claudio Soto, economista del Banco Santander Chile. “La parte más importante es cuando dice que tiene las herramientas. Está demostrando que tiene una pistola, un cañón, en caso de que fuera necesario ".
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El banco central ha enfatizado en un comunicado los sólidos pilares de la economía chilena: un sistema financiero “solvente”, una situación fiscal “sólida”, un “adecuado” nivel de reservas internacionales y de fondos soberanos, expectativas de inflación “ancladas” en 3% y una flexible política monetaria. El organismo liderado por Marcel también valoró los acuerdos políticos de los últimos días: “Se han producido avances relevantes en la forma de acuerdos transversales en materias tributaria y presupuestaria, que debieran reducir los niveles de incertidumbre actual”.
Para Luis Felipe Lagos, economista e investigador del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, (Clapes UC), “el alza del dólar es una respuesta al grado muy elevado de incertidumbre que vive la economía chilena”.
Por una parte, explica, “Chile vive una situación de malestar mezclada con violencia que no se ha podido controlar y mientras no tenga control, la incertidumbre no va a ceder”. Añade un segundo elemento: el inicio de la discusión sobre una nueva Constitución: “Las iniciales manifestaciones pacíficas demandaban un trato más rápido a una serie de carencias, en particular de salud, educación, pensiones y salarios. Pero ciertos sectores políticos se han aprovechado y han recogido este malestar para llevarlo al debate por la Constitución". El Gobierno —que "está débil", según Lagos—, "abrió la puerta sin primero discutir los problemas que tiene la carta fundamental antigua”.
En lo que va noviembre, la moneda chilena ha batido récord negativo: es la divisa mundial que más se deprecia. Desde el estallido social iniciado el 18 de octubre, por un profundo malestar de los ciudadanos que se sienten al margen de la senda de desarrollo de las últimas tres décadas, el indicador de referencia de la Bolsa de Santiago —el IPSA— ha caído, por su parte, alrededor de un 14%. Esta situación "podría ser transitoria", señala Lagos. "Pero solo si se logra ordenar la discusión y sobre todo controlar la violencia". Mientras tanto, los mercados financieros aguantan la respiración.
(Con información de Bloomberg y La Tercera)