Bolsonaro irá a la ONU pese a esperar críticas debido a la crisis en la Amazonia

El jefe de Estado dijo que asistirá a Nueva York, sede la Asamblea General de la ONU, para defender la soberanía de Brasil sobre la Amazonia y exponer su visión sobre los incendios que la amenazan
El presidente de ultraderecha de Brasil, Jair Bolsonaro
 

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Río de Janeiro, 19 sep (ADN CUBA).- Pese a que sabe que le lloverán críticas, por reaccionar inadecuadamente a la crisis de los incendios en la Amazonia, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró este jueves que participará en la Asamblea General de la ONU, el próximo martes 24 de septiembre.

"Iré la próxima semana a la ONU. Haré un pronunciamiento y sé que me lo van a cobrar porque me atacan de forma virulenta y me acusan de ser responsable por los incendios", afirmó, en su tradicional pronunciamiento al vivo de los jueves en las redes sociales, retomado por medios de prensa.

El jefe de Estado dijo que asistirá a Nueva York, sede la Asamblea General, para defender la soberanía de Brasil sobre la Amazonía y exponer su visión sobre los incendios que la amenazan.

"Estoy preparando un discurso bastante objetivo. Seré atacado por los medios pero hablaré de cómo va Brasil en ese asunto", aseguró el presidente brasileño que, por la tradición de la ONU, será el primer jefe de Estado en pronunciarse en la Asamblea General del organismo.

Agregó que, además de explicar que los incendios forestales son habituales en esta época del año y que los de 2019 están por debajo del promedio de los últimos 15 años, defenderá la soberanía de Brasil sobre la Amazonía.

La Amazonía brasileña registró en el acumulado entre enero y agosto 46.825 focos de incendio, un 11 % más respecto al mismo período del año anterior, debido a la sequía, las altas temperaturas y en gran parte por la deforestación causada por el hombre.

 

 

 

Las imágenes de los incendios calcinando enormes extensiones de selva dieron la vuelta al mundo y generaron una ola de indignación en la comunidad internacional y las ONG, que señalaron a Bolsonaro, por su retórica antiambientalista.

El líder ultraderechista defiende la explotación de los recursos naturales del mayor bosque tropical del mundo y ha condenado en repetidas ocasiones el ecologismo "chiíta" de las ONG, a las que culpó en un principio de los fuegos en la Amazonía.

De acuerdo con Bolsonaro, Brasil es uno de los mayores productores de alimentos pese a que tan sólo usa el 7 % de su territorio para la agricultura, mientras que algunos países europeos ya usan el 70 %.

"Los ataques que sufrimos son porque Brasil es una potencia. Ellos quieren desgastar la imagen de Brasil porque quieren generar un caos y que dejemos de producir. Eso sólo beneficia a quienes compiten con nuestra agricultura", dijo.

A pesar de que la imagen de Bolsonaro en el escenario internacional ha resultado dañado por lo que se considera una mala actuación del gobernante en el tema de los incendios, a nivel interno mantiene su popularidad.

 

 

Según la BBC, una encuesta de opinión divulgada en agosto mostró que casi el 60 por ciento de los brasileños consideran que el gobierno de Bolsonaro ha hecho un trabajo muy bueno, bueno o normal.

Eso indica que aún están dispuestos a darle al presidente el beneficio de la duda, dijo a la BBC Leonardo Barreto, director de la consultora Capital Politico en Brasilia.

“Irónicamente, esta crisis puede haber aumentado la popularidad de Bolsonaro debido a su nacionalismo basado en la amenaza de perder el control de la Amazonía ante los extranjeros”, dijo Welber Barral, un lobista y exsecretario de Comercio Exterior de Brasil.

Muchos brasileños, de todo el espectro político, creen que el Amazonas contiene riquezas incalculables en minerales que otros países codician, desde oro hasta niobio, un metal estratégico que se usa en los satélites.

En su alocución en vivo en las redes, Bolsonaro que "verán a un presidente que hablará con el corazón, con patriotismo, y que abordará la soberanía nacional, que fue la que siempre estuvo amenazada", afirmó Bolsonaro al referirse al supuesto interés de algunos países ricos de declarar la Amazonía como asunto de interés internacional para poder quedarse con sus riquezas.