El epidemiólogo y decano de medicina en la Universidad de Hong Kong, Gabriel Leung, alertó este lunes sobre la necesidad de organizar el levantamiento de las cuarentenas a partir de bases científicas para lograr un impacto real sobre la pandemia del nuevo coronavirus.
En una columna publicada este lunes en The New York Times, el profesor advirtió que una cuarentena prolongada causaría “enormes daños a las economías y comprometerá la buena voluntad y la salud emocional” de las personas.”
Leung explicó que durante lo que queda de 2020 y quizás algo más, es probable que las poblaciones alrededor del mundo verán encenderse y apagarse diferentes formas de cuarentenas para evitar segundas olas de brotes y contagios:
“Todos debemos prepararnos para varias políticas de ciclos de ‘suprimir y levantar’ durante los cuales se aplican y relajan las restricciones, se aplican nuevamente y se relajan nuevamente, de manera que puedan mantener la pandemia bajo control, pero a un costo económico y social aceptable”, explicó el académico.
El profesor Leung, quien es una de las voces más respetadas en el tema de la nueva pandemia a nivel mundial, señaló que las mejores formas de hacerlo variarán según cada país, sus medios y la voluntad de sus habitantes.
“Para empezar, uno necesita datos sólidos. La política no debe determinarse en función del recuento diario de casos denunciados porque no son confiables. En cambio, lo que se necesita es el número de reproducción efectiva en tiempo real del coronavirus o su capacidad real de propagarse en un momento determinado.”
Las irregularidades en el período de incubación de la COVID-19 y la escasa precisión para determinar el día exacto del contagio en muchos países, hace que el profesor desconfíe del número de contagios diarios como el dato más efectivo para conocer la evolución de la pandemia.
Para él, es primordial que cada país determine el número reproductivo efectivo del virus en su población —cuántas personas se enferman por cada infestado—, para luego conocer hasta qué cantidad puede asimilar su sistema de salud.
“Luego, una vez que está claro qué puede soportar el sistema de salud, uno debe preguntarse qué puede aceptar la economía y, por separado, qué puede aceptar la gente. ¿Se asustarían Wall Street, los mercados financieros y, lo que es más importante, la economía real? ¿O reaccionarían como lo hacen durante una mala temporada de gripe? ¿Y cuánto tiempo puede la población aceptar las restricciones requeridas para mantener ese nivel de infecciones? ¿La gente dejará de cumplir? ¿Están en peligro su bienestar mental y emocional?”, se cuestionó Leung en su artículo.
Por último, el académico dijo que si un estado opera de forma correcta en estas directrices puede lograr relajar algunas medidas, como reabrir escuelas y algunos centros laborales. “Pero debe estar listo para volver a imponer restricciones drásticas tan pronto como esas cifras críticas comiencen a aumentar nuevamente, como lo harán, especialmente, paradójicamente, en lugares que no han ido tan mal hasta ahora.”