El ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Nestor Reverol informaba ayer sobre una invasión a las costas venezolanas y la neutralización del alzamiento por parte del gobierno chavista. Esa es la versión oficial, la real y que obvió Reverol es que no se trató nunca de una incursión militar marítima sino del ingreso al país de un grupo de militares retirados de la Guardia Nacional venezolana para tomar posición, y que pretendían desarrollar, junto a otros pequeños grupos castrenses, una rebelión militar para sacar del poder al régimen de Nicolás Maduro.
Los detalles aportados por el gobierno resultan poco precisos. Diez exmilitares integraban la supuesta “invasión” que llegó a Macuto en una lancha. Estos fueron calificados por Néstor Reverol como “mercenarios y terroristas” cuyo fin era asesinar a líderes revolucionarios y desestabilizar aún más al país en medio de la crisis por la enfermedad de la COVID-19.
Según precisó Infobae los integrantes de la operación portaban “documentos de identidad, unos con el Permiso Temporal de Permanencia (PTP) de Perú, tarjetas de débito bancarias, una receta médica vencida, un paquete de tortilla de harina de trigo y hasta una cartera de hombre con un dólar de la suerte. Además de que la foto del único muerto que se dio a conocer lo exhibía en short con franela y sin zapatos”. Tales detalles desestiman lo que cuenta el régimen.
Con el propósito de evitar exigencias de las familias de los implicados el ministro también ocultó los detalles referentes a la identidad de los capturados y de los muertos en el enfrentamiento. De esta manera los cuerpos policiales pueden desaparecerlos sin necesidad de justificación.
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La falta de sincronía se hace evidente al interior del gobierno venezolano, puesto que después de las imprecisas declaraciones de Reverol ningún miembro del Alto Mando Militar dio respuestas inmediatas sobre el hecho. En horas de la tarde el ministro de la Defensa, general en Jefe Vladimir Padrino López, leyó un comunicado donde expresó que fueron asesinados: “seis terroristas entre los que se encuentra el capitán Robert Colina, alias “Pantera”. Capturados dos mercenarios, se incautaron 10 fusiles, 2 ametralladoras Afag, las cuales fueron robadas del Palacio Federal Legislativo en abril de 2019. Igualmente se decomisaron 6 camionetas y una lancha con 2 motores fuera de borda, como parte de la logística que sería usada para concretar actos terroristas”.
Hasta el momento, tal suceso fue atribuido en las redes sociales a la Operación Gedeón, así lo explicitó a través de un video el ex marine estadounidense Jordan Goudreau. Quien enfatizó que la operación provenía de Colombia y que desde varios puntos del país se activaron las fuerzas especiales.
Por su parte el capitán retirado de las Fuerzas Armadas de Venezuela Javier Nieto Quintero instó a otros miembros del ejército a sumarse a la Operación Gedeón, la cual define como una gesta libertaria. Nieto recalcó que el objetivo principal que los mueve es: “la captura de la organización criminal que hoy desafortunadamente dirige los destinos de la nación”, así como la libertad del pueblo y la liberación de los presos políticos. Se han agotado todas las medidas electorales, democráticas, políticas y económicas, y el pueblo sigue sometido a un genocidio sistemático y progresivo”.
Actualmente se conoce que integran la Operación Gedeón unos 17 grupos compuestos mayormente por militares de la Guardia Nacional. Según una información de Infobae, algunos de estos antiguos activos de las fuerzas chavistas se dieron a conocer a través de un video. Entre ellos figuran capitanes, sargentos, tenientes, oficiales agregados de la Policía Nacional y de la Dirección de Contrainteligencia Militar.