Un nuevo informe elaborado por la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) advierte que el número de refugiados y migrantes venezolanos podría ascender a 7 millones en 2021 si los países de la región vuelven abrir sus fronteras y el régimen en Venezuela se mantiene.
El Informe de Situación, elaborado por la Oficina de la Secretaría General de la OEA para esta crisis, encabezada por David Smolansky, presenta un balance del año 2020 para los refugiados y migrantes venezolanos. Entre los hallazgos del informe, se destaca que:
• La pandemia del Covid-19 empeoró la crisis migratoria venezolana en 2020. Si bien el flujo de salida se ralentizó por el cierre de fronteras y el confinamiento obligatorio, estas medidas aumentaron las dificultades que enfrentan los migrantes y refugiados venezolanos y, por lo tanto, los desafíos de atención, protección e integración.
• Las condiciones de vulnerabilidad en las cuales llegan los migrantes venezolanos a los países de acogida son cada vez más críticas tras la profundización de la crisis en Venezuela.
• Los restos de 33 migrantes venezolanos que huían de su país por el mar, entre ellos menores de edad, han sido hallados en la frontera marítima entre Venezuela y Trinidad y Tobago.
• De reabrirse las fronteras en el primer trimestre de 2021 y continuar el régimen ilegítimo de Venezuela en el poder, el número de migrantes y refugiados podría ascender a 7 millones.
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Tras la publicación del documento Smolansky enfatizó que "la única solución para frenar este deslave humano sin precedentes en la región es que en Venezuela haya una transición hacia la democracia y que los venezolanos puedan recuperar progresivamente sus libertades. Solo así se detendrá la migración forzosa y surgirán incentivos para el retorno".
El informe anota que, antes de la llegada de la pandemia, cerca de 5.000 venezolanos huían diariamente de su país. A partir de marzo de 2020, el flujo de salida por vías regulares se detuvo, aumentaron los ingresos por vías irregulares y, entre marzo y septiembre, más de 140 mil venezolanos se vieron obligados a retornar a su país por Colombia (134.000) y Brasil (8.000) al perder los medios de vida en los países de acogida.
La paralización de la economía y las medidas tomadas durante la emergencia sanitaria aumentaron las dificultades que enfrentan los migrantes y refugiados venezolanos y, por lo tanto, los desafíos de atención, protección e integración de esta población vulnerable.
Muchos de los venezolanos retornados fueron estigmatizados y criminalizados a su regreso, y sufrieron tratos crueles y degradantes por parte del régimen ilegítimo, tal como evidencia el informe sobre la “Situación de los venezolanos que han retornado y buscan regresar a su país en el contexto del COVID-19”.
A muchos otros venezolanos se les violó el derecho a regresar a su país de origen, al quedarse varados durante meses en diferentes países del mundo sin poder acceder a vuelos de repatriación tras el cierre discrecional del espacio aéreo por parte del régimen ilegítimo.
El informe destaca que el 2020 cierra con un total de 5.4 millones de venezolanos desterrados e identifica desafíos que hay que atender en el próximo año. Esto incluye el incremento en el número de ingresos por vías irregulares, así como el creciente número de venezolanos que desaparecen o fallecen intentando llegar a alguna isla del Caribe.
Asimismo, el documento advierte que las condiciones de vulnerabilidad con las que llegan las personas venezolanas a los países de acogida son cada vez más críticas e insta a "unir esfuerzos en toda la región para reforzar las vías regulares para cruzar fronteras en 2021 y facilitar mecanismos de protección para una población que huye por razones humanitarias".
Este es el segundo informe de actualización que la Secretaría general de la OEA publica sobre la situación de migrantes y refugiados venezolanos en el contexto de pandemia, luego de la publicación del Informe de Situación de noviembre de 2020.
*Nota publicada originalmente en