Hace un año la delegación del gobierno de Nicolás Maduro en Bolivia regresaba a Venezuela, luego de la llegada al poder de Jeanine Áñez, cuya administración no reconocía la legitimidad de Maduro como mandatario. El pasado 8 de noviembre Luis Arce fue investido como presidente de Bolivia; una delegación del Ministerio de Exteriores venezolano aprovechó la oportunidad de sacar todo rastro dejado por la comitiva de Juan Guaidó y recuperar un bastión perdido.
“Con gran orgullo informamos que volvió Chávez y Bolívar a la misión diplomática de Venezuela en Bolivia. ¡No volverán!”, fue el mensaje que colgó el Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Maduro en su cuenta en Twitter.
El “no volverán” iba dirigido a la diplomática Cumare Hernández, quien ocupaba la sede de Venezuela en La Paz desde finales de octubre de 2019.
Sin embargo, los mensajes no fueron difundidos solo a través de la cuenta del Ministerio, sino que el propio canciller de Maduro, Jorge Arreaza, subió a la red social un video donde se muestra cuando baja una fotografía del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y ubica en su lugar una pintura del libertador Simón Bolívar, considerado “padre de la patria” en Venezuela y Bolivia.
Además, Arreaza aprovechó para colgar un cuadro del fallecido presidente Hugo Chávez. Funcionarios del régimen aseguró a una reportera oficialista, quien sin más verificación lo difundió, que la delegación de Juan Guaidó había robado más de 100 obras de arte que estaban en la sede de la embajada. Sin embargo, no mostraron pruebas de la acusación, tampoco imágenes de los presuntos cuadros hurtados.
Luego de tomar posesión en la embajada, Arreaza también se dirigió a la instalación de la petrolera venezolana PDVSA, en Bolivia, que según la prensa oficialista fue cerrada por la administración de Jeanine Áñez. Arreaza no ha estado solo, pues lo ha acompañado Alexander Yánez, quien fue designado por Maduro como embajador de Venezuela en Bolivia luego del ascenso de Luis Arce al poder.
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Hasta el momento, el presidente interino de Venezuela y presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, no se ha manifestado sobre las acciones realizadas por la comitiva de Maduro. También se desconoce el paradero Cumare Hernández, o las nuevas funciones que pueda tener en la administración de Guaidó.
Con la llegada de Arce, Maduro recupera un aliado
El 15 de noviembre de 2019, días después de que Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia por sugerencia de las Fuerzas Armadas, para que pacificara el país, el gobierno interino de Jeanine Áñez anunció la ruptura de relaciones con la administración de Nicolás Maduro, al denunciar que venezolanos vinculados con la embajada chavista en La Paz estaban “atentando contra la seguridad interna” de Bolivia.
El anuncio lo realizó la canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, quien declaró en esa oportunidad que, al haberse producido un cambio de Gobierno en el país, Áñez y su administración serían “consecuente con los principios democráticos, de respeto a los derechos humanos y la carta democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA)”. Con ello, la delegación de Maduro fue sacada del país y se cortó una estrecha relación que nació en 2006 cuando Evo Morales tomó la presidencia de Bolivia y Hugo Chávez tenía siete años mandando en Venezuela.
La amistad entre Morales y Chávez por muchos años fue considerada de “derrochadora” por parte de la oposición de Venezuela, pues cuando el país caribeño vivió los años de altos precios de petróleo Hugo Chávez obsequió a su par boliviano unos cuantos regalos que se tradujeron en millones de dólares.
Según denuncias realizadas por el excandidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles, Chávez en el año 2013 regaló un aproximado de 170 mil millones de dólares a países aliados. Capriles indicó que solo a Bolivia le dio 4,5 millones de dólares, para la construcción de un nuevo estadio para el club San José de Oruro y una planta eléctrica.
Otros de los regalos que Chávez le dio a Evo, según registros de prensa, fueron vehículos y motocicletas para la policía de Cochabamba, así como 140 autos para dirigentes cocaleros del Chapare y siete millones de dólares para el sistema de identificación. Tal fue la cobertura de los regalos, que Evo Morales admitió en noviembre del 2007 que Chávez le había entregado seis millones de dólares para la construcción y refacción de cuarteles de las fuerzas armadas.