En Venezuela ya no se habla en Bolívares

Desde los apagones los ciudadanos dejaron la moneda local a un lado. En Venezuela se transa en bolívares, pesos colombianos y euros. Los más afectados son los empleados del Estado que deben sobrevivir con el último salario mínimo que se situó en octubre en 7.5 dólares al cambio
En Venezuela ya no se habla en Bolívares
 

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Desde 2015 en Venezuela se transa en dólares. En 2017 se comenzó a escuchar palabras como “Zelle”, “remesa” y “BofA” (Bank of America). En 2018 se fue ampliando el uso de la divisa, en respuesta a la crisis de efectivo. Y en 2019 se extendió, sobre todo por el interior del país, luego que se dio el apagón que dejó sin electricidad a los 23 estados y el Distrito Capital. A comienzos de noviembre Nicolás Maduro dijo que la dolarización representa "una válvula de escape" que ha permitido desacelerar la hiperinflación en el país y ahora no hay nada que se ofrezca en bolívares. 

En la actual Venezuela parece que muy pocos ciudadanos se acordaran que la moneda legal es el bolívar. Desde que comenzó diciembre las tiendas departamentales, los comercios que venden ropa y calzado, ubicados tanto en zonas populares como en los grandes centros comerciales, ofrecen la mercancía en moneda estadounidense, muy pocos aceptan dólar. Hay otros que permiten cancelar por transferencia bancaria, a través de la plataforma Zelle. 

Los comercios que todavía marcan sus productos en bolívares son los supermercados y cadenas de farmacias, pero también lo hacen a dólares, y ya en la calculadora mental de cada ciudadano se hace la conversión: “Este kilo de carne está en 120.000 bolívares. ¡Ah, 3 dólares!”. La moneda extranjera la manejan desde niños a ancianos, desde los adolescentes que se ganan la vida ayudando a cargar el mercado, hasta los abuelos. En la mayoría de las carteras hay billetes verdes. 

La dolarización de facto llegó a tal punto que los comercios no son los únicos que piensan en dólares. Los dueños de los carros de perrocalientes y hamburguesas ya no fijan sus precios en bolívares, sino en dólares; las personas que trabajan en las calles cuidando carros en las avenidas caraqueñas también se niegan a aceptar bolívares, pues dicen que solo les alcanza para pagar un ticket de Metro. Desde septiembre los meseros de restaurantes también sueltan la indirecta de si se les puede pagar por sus servicios en esta moneda, o que, por lo menos, se les de el 10% a la tasa en que se encuentre el mercado negro. En Venezuela hasta las propinas pasaron a cotizarse en verdes. 

En otros estados como Lara, Mérida, Táchirar además de aceptar dólares también se intercambian artículos y servicios por pesos colombianos. Lo mismo ocurre con el comercio de víveres con Brasil, ya no por Cúcuta y en pesos, sino en Boa Vista con los reales que circulan por Guayana.

 

Especialistas indican que la dolarización no tiene vuelta atrás los afectados son los empleados del Gobierno

En medio de una caída del Producto Interno Bruto de 78% y una inflación acumulada hasta noviembre de 5.515,6%, de acuerdo con datos proporcionados por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, los venezolanos han optado este 2019 por elegir al dólar para sus operaciones del día a día.

El economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, detalla que a pesar de esta realidad en Venezuela no hay una dolarización formal, como la que existe en otros países del continente como Ecuador, sino “una dolarización transaccional”, gracias a que el Estado permite que se hagan operaciones con divisas. 

Oliveros menciona que “cada vez son más las personas y negocios que se manejan con dólares en Venezuela. La hiperinflación que ya lleva dos años, provocó que los ciudadanos ya no confíen en el Bolívar. Y se refugian en el dólar. Pero en lo que va de año el costo de vida en dólares ha subido, por lo que también conviene estar alerta”. 

El director de Ecoanalítica explica que el pasado mes de enero con 100 dólares el ciudadano podía comprar lo que en octubre necesita cancelar dólares 300. Asegura que la razón se debe a que el ritmo de crecimiento de los bienes y servicios “es más agresivo que la tasa de depreciación de la moneda”.

Según la consultora Ecoanalítica, el número de transacciones hechas en dólares en el país pasaron de 2012 a julio de 2019 a incrementarse de 5% a 40%. Un estudio realizado por la firma el pasado mes de octubre en 136 establecimientos comerciales desplegados en siete ciudades del país reveló que de las 12.600 transacciones realizadas la mayoría se hizo en Maracaibo, la capital del estado Zulia, con 86% del total; Barquisimeto, capital de Lara con 59,6%; Lecherías, una ciudad del estado Anzoátegui con 59%; Valencia, capital de Carabobo, con 51,1%; Puerto Ordaz, la capital de Bolívar, con 49%; Caracas con 48,5%; y Maracay, la capital de Aragua, con 42%.

El analista financiero Henkel García asegura que en Venezuela “la dolarización no tiene vuelta atrás.Ya no vamos a volver a la Venezuela de antes en muchos aspectos y este es uno. El venezolano no confía en la moneda local“.

A pesar de la realidad no todos los venezolanos logran acceder a la moneda extranjera, sobre todo los que son empleados del Estado, cuyos salarios siguen fijándose en bolívares, y que el pasado 14 de octubre de octubre fue a incrementado de 300.000 bolívares, incluído el bono de alimentación, que se traduce en 7.5 dólares. Esta situación es explicada por Asdrúbal Oliveros de la siguiente manera: “La inflación en Venezuela nos pone en la peor situación económica del mundo. Las personas que ganan en bolívares no tienen capacidad de compra y ahorro”.

 

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