El gobierno de la República de Cabo Verde negó este jueves haber enviado emisarios a la capital venezolana, Caracas, con la intención de iniciar contactos con el régimen de Nicolás Maduro por el caso del empresario colombiano Alex Saab.
A través de un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la nación insular africana se defendió asegurando que en el país existe un Estado de derecho democrático, donde los tribunales son independientes y las garantías aplican para todos los ciudadanos.
“Cabo Verde no ha enviado a nadie ni misión a la República Bolivariana de Venezuela. El gobierno espera que se restituya la verdad con la misma urgencia y publicidad con que se hicieron públicos los infundados alegatos”, reza el documento.
Así entonces, queda claro que la nación insular africana no negociará con el régimen revolucionario la libertad de Alex Saab, como algunos medios lo habían querido reflejar con la supuesta visita de una delegación caboverdeana a Miraflores.
Según publicó el diario Nuevo Herald, el empresario farmacéutico Fernando Gil Alves y el exfuncionario de Turismo Carlos Jorge Oliveira Gómes, se reunieron con Maduro este lunes en el Palacio de Miraflores.
El Nuevo Herald asegura que ambos llegaron en un lujoso jet privado a la Rampa Cuatro, lugar de aterrizaje y despegue privado asignado al Palacio de Miraflores, en donde presuntamente pasaron la noche.
El Tiempo de Colombia detalló que Alves es uno de los hombres con mayor poder económico en Cabo Verde, mientras que Oliveira ocupó el cargo de director de Turismo y Transporte en 2017.
En julio de 2019, la Fiscalía del distrito sur de Florida acusó a Saab y a un socio de blanqueo de dinero, pero lo que realmente alarma a la comunidad internacional es que lo apuntan como uno de los testaferros de Nicolás Maduro. Según las investigaciones, Saab y su socio se confabularon con otros colombianos en Miami para lavar el producto de un sistema de soborno ilegal, y transfirieron cerca de 350 millones de dólares fuera de Venezuela, hacia o a través de Estados Unidos.
Alex Saab es un empresario de 48 años con ascendencia libanesa, nacido en Barranquilla, aunque el régimen de Maduro lo defiende asegurando que es un diplomático venezolano. Tiene un papel clave en el programa que fomenta el chavismo llamado Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap), encargado de la distribución de cajas de alimentos (en su mayoría importados) a las familias venezolanas más pobres, aunque la oposición lo acusa de enriquecimiento ilícito.
