El líder histórico de Izquierda Unida Julio Anguita falleció este sábado a los 78 años en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde estuvo ingresado en estado crítico desde que sufriera una parada cardiorrespiratoria, la pasada semana.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, lamentó la muerte de Anguita, de quien elogió que defendiera "de manera incansable la igualdad y la justicia social".
También el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, lamentó la muerte del histórico líder de Izquierda Unida, un político que "se atrevió siempre a señalar al poder" y dijo "las más crudas e incorrectas verdades con todo en contra y hasta el final".
No era la primera vez que Julio Anguita sufría problemas de corazón, ya que tuvo un infarto en Barcelona en plena campaña electoral en 1993 y otro en Córdoba cinco años después, mientras que en 2009 y 2014 también ingresó por problemas cardíacos en centros hospitalarios de Cádiz y Salamanca, respectivamente.
Julio Anguita fue una de las figuras clave en la organización y la representación de la izquierda en la historia reciente de España. Se desempeñó como secretario general del PCE entre 1988 y 1998, y promovió la unidad de formaciones que entonces estaban en contra del PSOE, con el que marcó siempre las distancias.
Primer alcalde comunista de Córdoba desde la Guerra Civil, en 1996, como candidato a la presidencia del Gobierno, condujo a IU ser la tercera fuerza parlamentaria, con 21 escaños, solo superada por el PP y el PSOE.
Varios medios han recordado que Anguita mantuvo una larga amistad con el dictador cubano Fidel Castro y viajó a Cuba al menos en cinco ocasiones.
"Mientras haya un pirata en frente como EE. UU., violando el derecho internacional y apretando a una pequeña nación llamada Cuba, el comandante Fidel y yo, en la misma trinchera, disparamos contra él. Y después, entre tiro y tiro, podemos discutir ciertas cosas en las que a lo mejor no estamos de acuerdo", declaró Anguita al sitio Kaos en la red, en 2014.
"Para mí Cuba constituye una aportación fundamental a la historia de la revolución mundial, guste o no guste a los EE. UU. o a una cierta izquierda europea, por llamarla de alguna manera. Yo me dirigiría a los que no estamos en Cuba y les diría que observemos el proceso, veamos cómo arrancó y tengamos el valor suficiente para afirmar que aquello sigue siendo una vía válida con todas su fuerza y con todos sus fallos", también dijo.
(Con información de EFE)