La muerte de un perro tras ser abusado genera indignación en Colombia

El hecho ocurrió en el departamento de Risaralda y de acuerdo con una fundación animal, este no es el único caso que se ha presentado.
Aquiles, el perrito que fue abusado sexualmente y luego murió
 

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Un aberrante caso de abuso sexual contra un perro se dio a conocer el pasado Halloween en el municipio colombiano de Quinchía (Risaralda) despertó indignación en las redes sociales, tras conocerce que el animalito había fallecido por la gravedad de las heridas.

Aquiles fue hallado herido en una calle del corregimiento Irra, Quinchía, por Valentina Guarín Patiño, una activista de Fundación Animal Estoy Contigo, quien de manera inmediata lo trasladó hasta una clínica veterinaria en Manizales, donde hora más tarde moriría.

Según el reporte médico, Aquiles tenía dilatación anal y sangrado, no podía incorporarse al ambiente, presentaba dolor marcado sobre la columna, no respondía a estímulos externos y no controlaba ningún esfínter. Los médicos decían que solo un milagro podría salvarlo, lo cual lastimosamente no se dio.

“A las siete y nueve minutos, Aquiles, nuestro guerrero invencible, dio en mis brazos su último suspiro. Empezó a empeorar rápidamente, y fue imperioso darle un descanso digno. El dolor que siento en mi corazón no lo había sentido antes", manifestó Guarín.

El diagnóstico médico determinó que Aquiles fue abusado sexualmente en la noche del pasado martes y lo más seguro era que si se recuperaba no pudiera volver a caminar, debido a una subluxación de vértebras lumbares, cerca de la base de la cola, que arrojó una radiografía. Producto de un golpe seco recibido sobre esta zona, que pudo perpetrar su abusador.

Aún más indignante es que este no sería el primer caso de abuso sexual contra un perro callejero que se conoce en el corregimiento de Irra, destacado por ser un sector minero. De acuerdo con Guarín, otra canina había llegado hasta la fundación para ser atendida luego de ser abusada.

Alma fue abusada sexualmente por vía rectal en junio pasado en una mina de Irra. Según la única testigo, fue un minero. Este trabajador aplicó grasa alrededor del ano de la perrita, se puso un preservativo y de esta forma logró accederla. El agresor se recostó en el suelo y fue visto con vestigios de grasa y sangre sobre su ropa”, comentó la activista.

La testigo manifestó que intentó auxiliar a la canina, pero la perrita se encontraba confundida y adolorida, por lo que escapó. Dos semanas después, Alma apareció casi agonizando y no podía hacer uso de sus miembros posteriores.

En estos momentos la canina Alma se recupera lentamente, no puede caminar con normalidad ni por largos periodos de tiempo. Guarín dijo que una radiografía arrojó como resultado una separación del hueso pélvico, y además se reflejó un cuerpo extraño de consistencia grasa y rígida adherido a su glúteo derecho.

“La vida de Alma jamás volvió a ser la misma. Nunca podrá jugar por horas hasta el cansancio", lamentó la joven animalista.

La Fundación Animal Estoy Contigo interpuso una denuncia formal para que se inicien las investigaciones y se dé captura al o los hombres responsables de estos hechos.

"Tenemos procesos vigentes para ambos casos. En el caso de Alma, ya hay una denuncia radicada frente a la Fiscalía de Caldas hace un mes”, comentó Guarín a El Tiempo. “Allí se da la versión de los hechos, identificando al responsable por nombre (sin apellidos) y con descripción física, además de su procedencia”.

“Sin embargo, ha sido muy difícil lograr obtener testimonios por parte de la comunidad, que muchas veces se niega a denunciar o a señalar a un culpable por la presión social o el temor a alguna represalia. El caso ya está siendo llevado por la intendente de la Policía de Irra", concluyó.

 

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