Seguidores del presidente Evo Morales se movilizaron este miércoles en La Paz para defender lo que consideran es un triunfo legítimo del mandatario en las elecciones del domingo en Bolivia, pese a que el conteo oficial aún no declara al ganador.
La concentración se dio en un contexto de gran tensión en el país, con Morales advirtiendo de un intento de golpe de estado orquestado por el opositor Carlos Mesa, quien por su lado insistió en que no hay tal triunfo del presidente sino un fraude de "grades proporciones".
Centenares de campesinos, mineros, indígenas, sindicalistas y funcionarios estatales marcharon hasta la plaza Mayor de San Francisco con banderas bolivianas y del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), para hacer un mitin en respaldo a Morales.
"No hay segunda vuelta", "Evo no está solo", fueron algunas de las consignas que corearon los manifestantes a su paso por el centro de la ciudad, con duras críticas en contra del candidato opositor y expresidente Carlos Mesa, que va segundo en el recuento, aún en proceso.
Los dirigentes que tomaron la palabra en el mitin reclamaron airadamente respeto por sus votos en apoyo al mandatario y lanzaron advertencias en contra de la "derecha" opositora, que según denunciaron quiere desconocer el "triunfo" de Morales en primera vuelta.
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Los sectores afines al Gobierno convocaron a movilizaciones en esta jornada, en respuesta a las protestas callejeras de sectores contrarios a la reelección del mandatario que denuncian un fraude electoral para evitar una segunda vuelta entre Morales y Mesa.
Quienes rechazan la reelección de Morales también han llamado a una huelga nacional, que se cumple parcialmente en algunas ciudades bolivianas, sobre todo en la oriental Santa Cruz, donde hubo enfrentamientos a pedradas entre detractores y simpatizantes del gobernante.
El detonante para las manifestaciones opositoras en gran parte del país fue la difusión repentina por parte del órgano electoral de un conteo provisional preliminar, no oficial, que daba a Morales la victoria en primera vuelta, pese a que el domingo se había detenido cuando apuntaba a una segunda con Mesa.
Previo a las marchas de apoyo a Morales, el mandatario dijo en un discurso que la derecha opositora maquina un golpe de estado para evitar su triunfo, tras lo cual sus seguidores se congregaron en la capital.
El candidato opositor, Mesa, no está dispuesto a rendirse hasta que el órgano electoral, al que acusa de fraude al servicio del presidente, ceda y reconozca que ha sido capaz de forzar en las unas una segunda ronda contra Evo Morales.
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La cuenta de los votos lleva prácticamente estancada en el 97 por ciento desde la noche del martes, con un 46,68 por ciento a última hora de la tarde de este miércoles para el Movimiento del Socialismo del mandatario boliviano.
La alianza Comunidad Ciudadana de Mesa va por el 36,85 por ciento.
El lento conteo deja por ahora a Evo Morales cada vez más cerca de ganar en primera vuelta, en este momento a solo un 0,17 por ciento.
Para ganar las elecciones en Bolivia hay que alcanzar el 50 por ciento más uno de los votos, o el 40 con diez puntos sobre el segundo, para lo que solo le faltan esas décimas.
Mesa denunció que su rival ya se proclama ganador sin esperar el final del recuento, por lo que recalcó que "está claro que hay un fraude gigantesco en marcha".
"Cualquier resultado que dé por ganador a Evo Morales en primera vuelta es producto de un fraude", reiteró.
(Con información de Efe)