La hora de las propuestas

La importancia de las propuestas para no caer "en las improvisaciones y experimentos del pasado, y poder encontrar los mejores caminos plurales y pacíficos para llegar a ese porvenir democrático, próspero y feliz"
La hora de las propuestas
 

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Hoy termina el 8vo. Congreso del PCC. Mañana ya será historia pasada. Prefiero mirar al futuro de Cuba y reflexionar sobre un fenómeno que he comprobado en estos días: la proliferación de propuestas para el porvenir democrático de los cubanos.

En efecto, desde hace muchos años venimos los cubanos, de muy diferentes opciones políticas y filosóficas, presentando propuestas, visiones, programas, para alcanzar y desarrollar un futuro libre, democrático y próspero para Cuba. No haré el recuento histórico de esas propuestas porque seguramente me faltaría alguna. Quiero, sin embargo, decir que desde hace varias décadas hay por lo menos tres consensos en la inmensa mayoría de las propuestas:

1. Que sean cambios estructurales y sistémicos verdaderos, no cambios fraude.

2. Todas las propuestas son pacíficas, todos sabemos a dónde conduce la violencia.

3. Todas han sido concebidas y presentadas por cubanos, vivan en la Isla o en la Diáspora. No provienen de ninguna fuerza o interés extranjero.

Me alegra mucho que podamos reconocer y apoyar esos tres consensos explícitos o implícitos. No son superfluos. No son colaterales. Es evidente que son sustanciales, raigales, decisivos y perentorios. Son, además, suficientes para comenzar cualquier proceso auténtico de cambio hacia la democratización del país.

Los matices vendrán después, las precisiones y las tendencias animarán el siempre necesario debate político. Las diferencias no son malas en sí mismas, es más, contribuyen a buscar la verdad entre todos, siempre que haya respeto. La conflictividad es propia de todo ser vivo, por tanto, también del cuerpo social. No se puede enterrar, ni desconocer. Tampoco se debe fomentar la conflictividad como es el caso de la lucha de clases o las discriminaciones económicas, políticas, raciales, religiosas, sexuales y de todo tipo.

Si bien la conflictividad no se puede reprimir porque explota, cosa que nadie quiere, en lugar de encrespar las aguas, lo mejor para la nación es encauzarla mediante un diálogo auténtico, no el falso diálogo que busca entretener y dilatar. La conflictividad se canaliza en las instituciones cuando son inclusivas, transparentes, justas y democráticas. La solución pacífica de los conflictos es el arte de  resolverlos entre todas las partes sin excluir a nadie y sin recurrir a la violencia.

Las propuestas son señales de madurez de la sociedad civil cubana

Me alegra y me da mucha esperanza que cada grupo de la sociedad civil cubana haya complementado la necesaria denuncia de las violaciones de los derechos humanos y las libertades cívicas con el anuncio de propuestas para el futuro de Cuba. Así se completan y culminan los contenidos. Es decir, quedan claros y patentes los principios, los valores, los métodos y los fines. ¡Qué malo sería que ahora que crece la percepción de la necesidad de cambio, nos pasara como a Alicia en el País de las Maravillas! No es superfluo recordar, una vez más, el aleccionador pasaje que Lewis (Lewis Carroll nos regala en el diálogo entre Alicia perdida en el laberinto y el gato sabio que la pone a pensar):

“—Minino de Cheshire —empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba.

—Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

—Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar—dijo el Gato.

—No me importa mucho el sitio… —dijo Alicia.

—Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes —dijo el Gato.”

Cuba, en su actual laberinto de incertidumbres, se asemeja a aquella incierta situación de Alicia en el entramado del bosque: Quiere salir pero no le importa mucho hacia dónde. La sabiduría, que siempre sonríe al que no le teme, le advierte previsoramente, en voz del gato, que el camino depende del sitio al que quieras llegar. Esto nos indica la importancia de este momento en que vivimos en Cuba.

José Martí dijo: «Pensar es prever». «En prever está todo el arte de salvar». «Guiar es prever». «Prever es la cualidad esencial en la constitución y gobierno de los pueblos» (O.C. Tomo 6, p. 325) («La lección de un viaje». Patria. O.C. Tomo 2. p. 397) (O.C. Tomo 3, p. 425) (O.C. Tomo 6. p. 159).

Por ello el Centro de Estudios Convivencia (CEC), think tank independiente radicado en Pinar del Río, Cuba, que efectúa sus estudios en los dos pulmones de la única nación cubana: Isla y Diáspora, ha querido realizar un «Itinerario de Pensamiento y Propuestas para el futuro de Cuba» desde 2015 con el fin de prever, y proponer a debate público, una visión del futuro a dónde quisiéramos llegar entre todos, para así no volver a caer en las improvisaciones y experimentos del pasado, y poder encontrar los mejores caminos plurales y pacíficos para llegar a ese porvenir democrático, próspero y feliz.

No es este el lugar para presentar las propuestas que la prospección estratégica entre cubanos ha producido. Hemos publicado un primer volumen de “Cuba busca una salida”, disponible en Amazon. En este volumen se recopilan los seis primeros Informes del Centro de Estudios Convivencia. La motivación fundamental para este «camino de primero pensar», que se inspira en el legado del Padre Félix Varela, es la necesidad de adelantar, de prever, de debatir, cómo sería la Cuba que queremos edificar, entre todos, después del cambio.

La totalidad de las propuestas que les ofrecemos a todos sin distinción, de forma gratuita y de uso libre acerca de sectores principales como: economía, nueva constitución y 45 leyes complementarias, educación, cultura, agricultura, medios de comunicación y TICs, ética, política y religión, gobernabilidad, gobernanza e inclusión social, así como “La Covid-19 y la etapa de post-pandemia en Cuba”. Todos estos Informes aparecen en la sección de “Propuestas” de la web del Centro de Estudios Convivencia, actualmente bloqueada dentro de Cuba pero a la que se puede acceder con un VPN. Puede consultarlos haciendo click aquí.

Si se fijan con detenimiento podrán apreciar que no son programas partidistas sino propuestas plurales para que cada parte o cada quien se pueda servir libremente de lo que considere bueno, necesario y oportuno. Es un ejercicio de prospección estratégica ciudadana no partidista. Esta es la misión de un laboratorio de pensamiento cuyo ejercicio es servir a toda la sociedad sin distinción ni exclusión de nadie. Sirve, propone y debate; no omite, compite ni impone.

En mi opinión, lo más significativo que ha pasado en Cuba antes, durante y después del Congreso, es que la sociedad civil cubana ha concebido, organizado y publicado, numerosas propuestas pacíficas y necesarias para comenzar a edificar el futuro de Cuba. Debemos felicitarnos unos a otros antes de comenzar el debate de unos con otros, o lo que sería repetir una vieja actitud: enfrentarnos unos contra otros. Creo que Cuba necesita las dos primeras actitudes. Así que felicitémonos y comencemos respetuosamente el debate.

Hasta el próximo lunes, si Dios quiere.

*Publicado originalmente en Convivencia.

Escrito por Dagoberto Valdés Hernández

Dagoberto Valdés Hernández (Pinar del Río, 1955). Ingeniero agrónomo.Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España. Premios “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007, A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011 y Premio Patmos 2017. Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007. Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006. Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años. Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director. Reside en Pinar del Río.