Venden medicamentos a punto de caducar

Llegaron los Polivit a Villa Clara, luego de larga espera, pero para sorpresa de los consumidores tienen poco tiempo de uso: hasta febrero de 2020
Polivit caducado
 

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En las farmacias villaclareñas ha reaparecido el muy codiciado Polivit, al mismo precio de siempre: 4 pesos cubanos el frasco de 100 tabletas revestidas. Y nada de hacerlo a cuentagotas: el desembarco ha sido en cantidades considerables, casi industriales.

La noticia ha corrido como pólvora y los establecimientos que suelen llenarse de compatriotas solo una vez por semana para adquirir la intermitente dosis médica, se han colmado de personas ávidas en un santiamén, e igualmente han quedado desprovistos en par de jornadas.

El Polivit es un compuesto a base de vitaminas primarias y elementos esenciales, el que durante los picos más altos de masiva desnutrición del “período especial”, se empleó para combatir la polineuritis, especialmente la intercostal, periférica o múltiple. Pues bien, lo singular de esta muy bien recibida entrega -en medio de la crisis más grande de medicamentos ocurrida en mucho tiempo-, estriba en su fecha de caducidad: febrero del 2020.

Todos sabemos que existe el famoso Almacén Nacional para la Reserva Estatal, para preservar medicamentos lo más indemnes posible en épocas difíciles. Sus inventarios se someten a revisión periódica para evitar crisis de abastecimientos como la actual o desechar los que ya están caducos.

Por ejemplo, hace apenas un trimestre las tiendas recaudadoras de divisas sacaron debajo de la manga cereales desaparecidos desde la última glaciación. Al preguntar por su inminente caducidad y el no haberle efectuado siquiera la correspondiente devaluación por tan tardo olvido, nos informaron que “estaban escondidos en los almacenes mayoristas y ahora se dieron cuenta que se vencían”.

Cuando los usuarios preguntan quién esconde qué, y con cuáles fines, no existe respuesta. En su lugar lo habitual es encogimiento de hombros y fruncir de cejas. Nadie es culpable. Hace unos años, exactamente en 2016, comenté sobre el destino al que redireccionaban todas las mercancías que se vencían en las tiendas CIMEX: el enterramiento más grosero para ser neutralizadas.

En una nación misérrima, donde todo podría devaluarse a tiempo para alcanzar ser vendido, o simplemente donado a instituciones sociales para ser reutilizado, se prefiere desechar. Pero lo más triste de aquella indagación era que se trataba justamente de alimentos reciclables.

Los empleados de las farmacias que han recibido este fármaco cuasi obsoleto, están tan alarmados como sus consumidores. No atinan, al cuestionársele, sino a bajar la voz para no delatarse: “nos han dicho los de ENSUMEFA (la distribuidora) que no se les diga a quienes lo compren y que mientras no cambien de color, las pastillas se pueden seguir tragando sin peligro”.

Escrito por Pedro Manuel González Reinoso

(Caibarién, Las Villas, 1959) Escritor Independiente. Economista (1977), traductor de lenguas inglesa y francesa (1980-86). Actor y Peluquero empírico. Fundador de ¡El Mejunje!, Santa Clara (1993) donde nació a Roxana Rojo. Trabajos suyos incluyen poesía, artículos, ensayos. Su personaje aparece en varios documentales del patio: "Mascaras" y "Villa Rosa" (Lázaro Jesús González, 2015-16), "Los rusos en Cuba" (Enrique Colina-2009). Fue finalista del Premio Hypermedia de Reportajes en 2015.