"Internet como arma de guerra". "Mercenarios de las redes". "Engendros genocidas". Almas malévolas en busca de "una crisis que permita incitar a la desestabilición (sic) desde la redes sociales". Este es el tono de las respuestas oficialistas a la reciente campaña que pide a ETECSA bajar los precios del servicio de Internet en Cuba.
Para la vieja dupla Iroel & Lagarde, puntuales vigilantes de los intereses ideológicos del gobierno cubano en todo lo que tenga que ver con redes sociales, es mucho más sencillo echar mano a las teorías conspirativas con las que llevan más de diez años acusando a cualquiera que levante la voz en la isla, que reconocer la aplastante evidencia de un servicio deficiente a precios astronómicos y las molestias que ello ha provocado entre los cubanos. Todo es culpa de la contrarrevolución y, por supuesto, de Yoani Sánchez, que tras una de las más viles campañas de "asesinato de reputación" que hayan llevado a cabo los servicios cubanos de inteligencia, sigue dirigiendo bajo acoso permanente el periódico independiente 14 y medio.
No se le perdona a Yoani esta independencia, y tampoco el tremendo consenso que ha conseguido desde hace una década, cuando fue considerada una de las personas más influyentes de su profesión y recibida por líderes políticos de todo el mundo. A los usuarios inconformes con pagar casi la mitad de su salario mínimo para poder conectarse a la red de redes (bajo vigilancia y sorteando deficiencias que en cualquier otro país serían cosa de risa) se le advierte del "coco Yoani".
Con escasos resultados, todo hay que decirlo. Porque aunque sean recién llegados a las red de redes, los cubanos tampoco son tontos, como pueden ver aquí:
Confieso que al leer la advertencia de estos viejos lobos de la propaganda para los corderitos que "han llegado recientemente a la red gracias a los esfuerzos que hace ETECSA por superar el bloqueo" tuve que soltar la carcajada. Cualquiera medianamente informado sabe que hace al menos dos décadas que el embargo tiene numerosas excepciones tecnológicas y que compañías de probada solvencia en esa área, como Google, han ofrecido al gobierno cubano inversiones y mejoras del servicio.
Pero ¿por qué debería ETECSA a renunciar a sus altos precios y ganancias si la gente los sigue pagando sin chistar? Se junta así el interés capitalista básico por un mayor beneficio con la vocación socialista por la censura, que mantiene el servicio dentro de límites controlables. Eso sí que es un engendro perfecto. Por supuesto, Iroel & Lagarde tienen que hacer su trabajo y echarle a Yoani la culpa de todo lo que vaya contra ETECSA. Porque lo que no dicen en su artículo es que con esos sobreprecios el Ministerio de Comunicaciones paga también sus sueldos, la (en mi opinión poco rentable) inversión de mantener una "combativa" red de propaganda perfectamente conectada en oficinas con aire acondicionado, dedicada a atacar y difamar a todo aquel que disienta.
Al final, lo que han conseguido estos panzudos funcionarios agitando el fantasma del Mercenario Virtual es que aparezca un nuevo tag, #todosconYoani, para manifestar la elemental solidaridad con alguien que lleva más de una década criticando y desenmascarando las mentiras e injusticias del gobierno cubano.
*Este es un artículo de opinión. Los criterios que contiene son responsabilidad exclusiva de su autor, y no representan necesariamente la opinión editorial de ADN CUBA.