A la prensa castrista cada vez se le hace más difícil representar esa realidad alternativa deseada, que continuamente pretende hacer pasar como el día a día en Cuba. Las evidencias del fracaso del modelo “socialista” pesan mucho, por lo que hacer artículos edulcorantes es una tarea que la mayoría de las veces termina siendo fútil.
Es el caso de un reciente artículo publicado por el oficialista Cubasí, que intentó explicar por qué los jóvenes cubanos “no quieren” irse del país, cuando realmente para muchos ese es el principal anhelo.
Para cumplir su propósito, la autora entrevistó a cuatro cubanos que comparten el ser menores de 35 años y el deseo de hacer vida en el país. Sabe que puede que no sean representativos de la mayoría de los jóvenes cubanos, pues para ello, dice, “habría que consultar cifras, investigaciones”, pero aun así comparte sus declaraciones para que sirvan de ejemplo de cómo piensan aquellos que han decidido permanecer en la tierra donde nacieron.
Curioso resulta que, además de cursilerías e ideas manidas, dos de los cuatro jóvenes que dicen no querer “irse de Cuba” tienen la posibilidad de pasar tiempo fuera de ella.
Ariel, receptor regular de los Cocodrilos de Matanzas, está contratado en la liga profesional japonesa de béisbol, por lo que pasa gran parte del año sin sufrir la escasez y la crisis de Cuba, mientras que Angie, madre joven, cristiana y estudiante de Comunicación Social, tiene un esposo que no es cubano y no descarta que pueda pasar tiempo fuera de Cuba para estar unida a su familia.
“Si alguna vez salgo de mi país, sería por estar unida a mi familia. Mi esposo no es cubano, pero aun así, sería solo por un tiempo; estoy segura de que no aguantaría vivir lejos de mi bandera por más de cinco años”, dice Angie en el artículo, sin mencionar que quizás muchos otros jóvenes o cubanos de cualquier edad en su situación, o la de Ariel, no se plantearían tampoco una migración definitiva.
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Los otros dos entrevistados, al parecer, no tienen la posibilidad de viajar con frecuencia al exterior de la isla y aun así, dicen, aunque habrá que ver en el futuro, no sienten necesidad ni deseo de hacer vida fuera de Cuba. Motivos que alegan: en Cuba se sienten realizados y partícipes de “cambios buenos”.
Amén de estas declaraciones, frecuentes en los medios oficialistas y contradichas una y otra vez en el día a día, lo cierto es que el artículo sólo logra reflejar qué dicen cuatro jóvenes sobre su decisión de permanecer en Cuba.
No explica nada, en tanto potencialmente hay muchos más jóvenes que desearían tener el dinero y la visa para tomar un avión y largarse de una realidad que los agobia y limita lo mismo económica que políticamente, y en la cual muchas veces permanecen por falta de condiciones para emprender el viaje.