Mariel, entre la mala paga y la irrentabilidad

El presidente del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), Gustavo Montezano, calificó al régimen cubano de “calotero”, pues se niega a pagar 561 millones de dólares de un empréstito de 656 millones
Los precios en la ZEDM son abusivos para los bolsillos cubanos
 

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En Brasil, le llaman “calotero” al individuo que después de comer en un restaurante, hospedarse en un hotel o usar el transporte público se niega a pagar los servicios. La práctica es repudiada, pero le consideran un delito menor penalizado en el artículo 176 del código legal vigente.

En diciembre pasado, el presidente del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), Gustavo Montezano, calificó al régimen cubano de “calotero”, pues se niega a pagar 561 millones de dólares de un empréstito de 656 millones, monto otorgado para financiar la construcción y el equipamiento de la Terminal de Contenedores del Mariel (TCM), localizada en la provincia de Artemisa, en el extremo occidental de Cuba.

Acorde a los términos contractuales y los guarismos publicados, en cinco años, o sea, hasta el 2019, Cuba debió pagar a BNDES más de 137 millones de dólares, pero sólo desembolsó 95 millones. El crédito estipula pagar el préstamo durante 25 años con intereses que oscilan entre 4,44% y 6,91%.

En vivo por las redes sociales, el presidente Jair Bolsonaro, cuestionó a Montezano preguntándole: “¿Para qué un puerto de primera clase en Cuba?”…  “¿Cómo ofrecen un empréstito a sabiendas que [los deudores] no tienen condiciones para pagar?”…”El salario promedio de los cubanos es de apenas 20 dólares [mensuales]… Con toda certeza, esto respondió a un negocio ideológico”.

Montezano alegó: “BNDES cumple con las reglas” y habilitó una página web para esclarecer cualquier duda sobre la Caixa-preta (la caja negra), donde están todas las informaciones contables y las transferencias, asegurando, que de las arcas de BNDES salieron legalmente los 656 millones de dólares entregados a GAESA y Odebrecht.

 

 

Desarropando al Mariel

La TCM fue inaugurada en enero del 2014 y, hasta entonces, se le consideró una megalomanía portuaria, pues la propaganda oficialista lo hiperbolizó como “el puerto más grande de América Latina", "el más importante centro logístico y trasbordo de Centroamérica y el Caribe" y "la posición geográfica más privilegiada", entre otros eslóganes.

La verdad es que según referencias oficiales, sólo tiene una superficie de apenas 28 hectáreas, una línea de atraque de 700 metros, cuatro grúas STS, 12 grúas con neumáticos RTG, 22 cuñas tractoras, una dársena de maniobra de 520 metros de diámetro y un canal de entrada de 130 metros de ancho con 14 metros de profundidad (2). Por su longitud de muelle, la TCM ocupa el puesto 16 en Latinoamérica y está inhabilitada para recibir buques neopanamax (más de 15 metros de calado).

La verdadera megalomanía del Mariel fue su precio: “957 millones de dólares”. Investigaciones posteriores, basadas en comparar sus volúmenes constructivos y sus costos con los de otras terminales de contenedores análogas (3), arrojan un sobreprecio superior a los 600 millones de dólares, pues se estima que la TCM solo costó entre 200 y 300 millones de dólares. Al seguir la ruta del dinero supuestamente malversado, nos atascamos en las manos peludas de Odebrecht y el consorcio militar GAESA.

En cuanto a la manipulación de contenedores, solo opera 250 mil contenedores (TEUs) anuales, una cantidad insignificante al ser comparada con Panamá y Jamaica, que juntos manipulan más de 10 millones de TEUs al año. La TCM recibe la misma cantidad de TEUs que recibía la desactivada Terminal de Contenedores de la Habana (TCH), que fuera construida y equipada con grúas recicladas a un costo de apenas 40 millones de dólares.

 

 

La baja rentabilidad

Hace un año, el portal oficialista Cubadebate (4) reveló que “la TCM en cinco años había aportado a la economía nacional 238 millones de pesos cubanos” (9,9 millones de dólares), representando una producción anual de 1,9 millones. El beisbolista cubano José “Candelita” Iglesias, con un humilde contrato con los Tigres de Detroit, casi gana lo mismo que lo producido al año por este elefante blanco.

A mediados del 2019 salieron al mercado las primeras producciones de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), cuando en la ferretería Feíto y Cabezón, localizada en Centro Habana ofertaron galones de pintura de vinil marca Devox (México). Acorde al criterio de algunos consumidores, la pintura que en su envase reza: “producto orgullosamente cubano”, es carísima, pues cada galón se vende a 10 CUC. Y, lo peor, —apunta uno de ellos—los colores son feos; no cubre; deja vetas… En resumen es una mierda.”

En las cadenas de tiendas CIMEX y TRD, salieron a la venta bolsas de 200 mililitros conteniendo vodka, whisky, vinos y otras bebidas con precios que oscilan entre 1, 10 y 2,50 CUC.  La productora asentada en la ZEDM, se identifica con el nombre de Profood (España) y según los criterios de los consumidores estos productos “saben a alcohol de reverbero”.

Los paquetes de pañales para bebes, fabricados por la vietnamita Thai Binh Global Investment, irrumpieron en diciembre pasado en algunas tiendas en divisas, con las marcas “Adorables” de 36 unidades al precio de 13,25 CUC  y “Premium Plus” de 34 unidades a 9,90 CUC, asimismo, los precios por pañal oscilan entre 29 y 36 centavos (los pañales para adultos cuestan el doble, a pesar de la demanda no hay ofertas de producción nacional). Los consultados alegan, “que los precios son abusivos para los bolsillos cubanos”.

A la baja rentabilidad y la incertidumbre de las inversiones extranjeras, sumamos la nula prosperidad para el mayor porcentaje de los pobladores del Mariel, que a seis años de  inaugurada la TCM, sus calles siguen sin ser pavimentadas desde los años del gran éxodo del 1980, las casas se deterioran exponencialmente, el nivel de vida es de penuria y los perros callejeros pululan por doquier.