Después que el gobierno anunciara sus medidas económicas, los bancos amanecieron con largas colas para sacar las tarjetas magnéticas que se utilizarán como forma de pago en las nuevas tiendas.
"También se ve mucho dinero moviéndose", dice Emilio, un carretillero que estuvo al tanto de las transacciones de un comprador y vendedor de dólares clandestino. "El tipo compró mil dólares a uno por uno y enseguida se lo revendió a otro a 1.20 CUC. Se ganó doscientos CUC en diez minutos. Luego siguió vendiendo y comprando hasta tarde en la noche. Como esos hay en todos los barrios. Es mucho el dinero que se está moviendo".
Emilio asegura que esta "CADECA por cuenta propia" de los barrios no son de las grandes.
"En un rato que estuve en la tienda de 5ta y 42 para comprarme unos tenis, vio a dos hombre vestidos como diplomáticos, comprando y vendiendo por mazos de dinero Ya el euro anda arriba y como Juan por su casa, es un remolino de dinero lo que hay en la calle, y pregúntate tú, ¿Dónde estaba?".
La desigualdad entre ricos y pobres que supuestamente fue eliminada por la revolución, renace con nuevos bríos. Esta nuevas medidas las ponen al desnudo.
Carilda, una anciana del callejón de Jaimanitas, se jacta de no haber tenido un dólar jamás en sus manos.
"¡Ni lo tendré nunca, es el dinero del enemigo y yo soy revolucionaria. Ni en el periodo especial, cuando vendía coquitos, exigía que me pagaran en moneda nacional, jamás acepté el ultraje".
Su hermana Nereida la crítica.
"Carilda no es tan revolucionaria como tan pobre, y si no ha tenido dólares es porque a pesar de haber defendido con el pecho a la revolución, le tocó el negocio de hormiga: los coquitos, que no llevan dólares. En cambio otros revolucionarios sí que tienen dólares y a manos llenas".
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La intriga a voz populis de que el CUC desaparece, tiene a la gente de dinero en vilo. Tratan de deshacerse de él a toda costa, en ocasiones hasta en productos que no necesitan, como Maikel, administrador de una pescadería, compró una memoria USB solo para deshacerse de siete CUC que tenía en la billetera, entre cientos de dólares americanos.
Para "Charanga", un viejo oriental retirado del azúcar y según se autodenomina: "experto en finanzas", el dólar seguirá subiendo y eso absorberá a toda la moneda excedente, de ahí que el CUC vaya perdiendo su valor a escala.
"Cuando la gente se acostumbre dentro de unos años, verá este fenómeno como normal, pero aún lo peor está por venir en los próximos años. Mientras tanto la mitad de la población cubana seguirá salvándose con el pan de la libreta, el pollo y el picadillo. La otra mitad hará colas en las nuevas tiendas".
A la pregunta de dónde está saliendo todo ese dinero, responde:
"De las dos orillas. De la familia cubana que se empeña y se ayuda. De los que pueden hacerlo por sus medios o por medios adquiridos, y sobre todo los que tienen suerte, porque el éxito es una cosa de mucho trabajo, pero de mucha suerte".
"Es mucho dinero, concluye ´Charanga´, dinero acumulado por un grupo que solo provoca pobreza a los demás. El gobierno hace sus movidas sobre terreno firme y mueve sus hilos y la gente que se manda a correr, deja ver lo que escondía entre las sábanas".