Estamos seguro que la dictadura jamás se sentará a negociar: Entrevista al huelguista Guillermo del Sol

La Sociedad Civil pro democrática vive por estos días momentos decisivos en su lucha por la libertad de Cuba. Iniciada desde hace décadas por hombres y mujeres que se levantaron contra la dictadura comunista, lucha que hoy se encuentra en su punto culminante. 
Estamos seguro que la dictadura jamás se sentará a negociar. Entrevista  al huelguista Guillermo del Sol
 

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La Sociedad Civil pro democrática vive por estos días momentos decisivos en su lucha por la libertad de Cuba. Iniciada desde hace décadas por hombres y mujeres que se levantaron contra la dictadura comunista, lucha que hoy se encuentra en su punto culminante. 

La respuesta del gobierno dictatorial a las protestas de los grupos opositores y a sus líderes ha sido siempre la represión. En las prisiones y en la calle nunca se ha acallado la voz de los que sufren y que piensan como pueblo. La huelga de hambre ha constituido en ocasiones el único camino posible para llamar la atención nacional e internacional. Muchos hombres protagonizaron páginas gloriosas, entre los más recordados en ese empeño se cuentan los fallecidos: Pedro Luis Boitel y Orlando Zapata Tamayo. Otros lograron sobrevivir, como Hubert Matos y Guillermo Fariñas. 

En estos momentos un hermano de lucha de Villa Clara, se encuentra arriesgando  su vida mediante este método de lucha pacífica; hablamos del activista Guillermo del Sol, presidente de la agencia Santa Clara Visión y trabaja en el grupo contra la persecución religiosa dentro de Cuba para el relator de las Naciones Unidas, que en su vigésimo séptimo día sin ingerir alimentos accedió a hablar con ADN Cuba.

¿Cómo fue tu formación estudiantil? ¿Cuáles fueron tus principales influencia de pensamiento? 

Mi formación académica fue normal, siempre obtuve buenos resultados académicos; estudié en la escuela Primero de mayo, la misma donde estudió Miguel Díaz Canel, el hoy presidente de Cuba. Mi principal influencia fue mi padre Loreto Ramón del Sol Soa, uno de los hombres que más armas cargó hacia la Sierra Maestra en la lucha contra Batista, posteriormente traicionado como muchos otros, y encarcelado estando aún yo en el vientre de mi madre. 

El recuerdo más antiguo que guardo de mi padre fue cuando tenía cinco años, en las rejas de las galeras donde daban cinco minutos para ver a los presos. En mi familia tuve a un tío desparecido en la guerra del Escambray y a muchos parientes fusilados por rebelarse contra el comunismo impuesto por Fidel, entre ellos Ramón del Sol, líder en la gesta de liberación del Escambray. 

¿Cómo han influido tus creencias religiosas en tu personalidad y carácter y que te han aportado?

La fe del ser humano es indispensable. Te enseña y te forja las buenas maneras. A ayudar y amar a tu prójimo. A respetar y a reclamar la verdad. A sentirte libre y sin ataduras. A luchar contra la injusticia. 

¿Cómo llegaste a esta decisión tan altruista, de poner en peligro tu vida en una huelga de hambre, por una causa colectiva?

Bueno, eso no se piensa. Si usted ve que tu hijo está siendo humillado, tratado como un delincuente, como un terrorista y mira a tu alrededor y ves que todos lo perciben así, estoy seguro que harías lo mismo que hice yo en el aeropuerto aquel día, o quizás más. 

Mientras gritaba exigiendo nuestros derechos, en mi mente estaban todas las personas reguladas por el gobierno. Así comenzó esta campaña y la huelga de hambre. 

¿Qué opinas del gobierno cubano que ostenta el poder hoy en Cuba y cómo crees que se conducirá ante este reto de un héroe ante la posibilidad del martirologio?

Sobre la tiranía de Raúl Castro no hay ni que opinar, los hechos hablan por sí solos. Basta el simple detalle de la recién aprobada constitución, de la cual el único artículo que les interesa es el 5, la infalibilidad del partido comunista, en cambio  los derechos civiles son pisoteados, por eso tomé el camino de la huelga, porque no existe en Cuba justicia donde reclamar.

El ministerio de justicia viene a ser como la letrina de Raúl Castro. Ellos son sanguinarios, lo sabemos. Unos me critican, otros me apoyan, pero es un riesgo que enfrento. La realidad es que todos quieren cambios en Cuba, pero pocos están dispuesto a poner la mano en el arado. 

¿Cómo ves a la oposición y a la dictadura en el plano organizativo y ético, en una confrontación que al parecer resultará inevitable?

Desde el plano organizativo la oposición tiene muchas lagunas, eso no es secreto, pero mantenemos un fin común que a la postre es lo importante.  Sobre la dictadura estamos seguro que jamás se sentará a negociar, más bien pensamos que intenten una transición al estilo ruso y eso es lo que no podemos permitir. Pero lo que caminamos por Cuba diariamente, reconocemos al dedillo la realidad popular. Tememos que el estadillo social suceda de un momento a otro, porque hay mucho descontento popular.

Las excesivas golpizas a los ciudadanos sin distinción, el acoso al sector privado, los altos índices de corrupción y muchos aspectos más, pueden culminar en un baño de sangre y el principal responsable será Raúl Castro. Si esto llega a suceder como está vaticinado, entonces el cambio será al estilo de Hungría, Yugoslavia y Rumania. .

 

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