El principal problema es la tasa de cambio, asegura economista

Los propios cubanos están devaluando el CUC porque prefieren tener dólares para comprar en las nuevas tiendas de electrodomésticos, y también para atesorar en esa moneda, no vaya a ser que decreten una variación en la tasa de cambio
Se acerca el fin del CUC
 

Reproduce este artículo

“Yo creo el tema cubano más complicado es la sobreevaluación que tiene la tasa de cambio dólar-peso para las empresas estatales, que es uno a uno”, comentó el economista cubano Omar Everleny Pérez, en entrevista concedida a medios alternativos.

“Ese es el pollo del arroz con pollo, y si no se logra devaluar esa tasa de cambio, no se va a saber si la economía cubana es competitiva o no”, agregó a RadioTelevisión Martí.

Al reconocido economista no le parece que el gobierno de Miguel Díaz-Canel esté preparándose para modificar las tasas de cambio del dólar mientras sale poco a poco de circulación el llamado peso convertible, el CUC.

Según el experto, los propios cubanos están devaluando el CUC porque prefieren tener dólares para comprar en las nuevas tiendas de electrodomésticos, y también para atesorar en esa moneda, no vaya a ser que decreten una variación en la tasa de cambio.

A su juicio, al CUC le queda poco tiempo. “Hay señales, y las he podido observar: muchos centros que dicen ‘no, no acepto el CUC’. He visitado algunas tiendas y veo que prevalece el precio en pesos cubanos sobre el precio en CUC; antes era al revés: estaban los dos precios, pero el de arriba era el CUC”.

“He tenido conocimiento de algunos lugares donde pagaban estímulos –no oficiales—en CUC, y ya están priorizando ese estímulo en dólares. Todo indica que la gente quiere tener dólares, no CUC”.

La tasa de cambio para comprar dólares con CUC, que en algunos casos está a 1.10 y 1.20, e incluso a 1.30 en provincias, indica la devaluación, manifiesta el experto.

Eso sigue afectando el prestigio de Cuba. Porque mientras cualquier empresa de la isla pueda importar un producto a un dólar y venderlo en la economía nacional a un peso cubano, esa empresa no puede ser eficiente.

“Ahora, ahí viene el otro problema”, continua. “Si devalúas en la empresa estatal de uno a uno para subirlo de uno a cinco, o de uno a 10, los precios van a aumentar; a los productos que elabore esa empresa le van a sumar el precio de esa tasa de cambio, y podría haber una crisis de inflación”.

Y es ahí donde están las tensiones más importantes, por las cuales el proceso no puede ser muy acelerado, cree el economista: tiene que ser bien pensado, pues muchas empresas que ahora son rentables con una tasa de cambio de uno a uno podrían dejar de serlo.

“Entonces: ¿quién pagaría eso?”, se pregunta Pérez Villanueva. “¿El estado, el presupuesto? No creo que el presupuesto del Estado dé para seguir subsidiando empresas. Entonces tendrían que arribar a un crédito bancario, pero es que los bancos son estatales. Entonces, no es tan fácil el problema”.