Al menos siete cubanos murieron durante el atentado contra el Wall Street Center del 11 de septiembre de 2001, aquel suceso nefasto que conmocionó a la opinión pública de Estados Unidos como no lo había hecho ningún acontecimiento desde la guerra de Vietnam.
Hoy la nación norteamericana recuerda con tristeza los ataques terroristas perpetrados por Al Qaeda, pero ese día murieron no sólo estadounidenses sino también cubano, aunque esto pueda parecer extraño. Entre las más de 3000 víctimas, hubo siete en total y estas son sus semblanzas.
Llama la atención entre los muertos de ese día el caso del músico cubano de ascendencia italiana, Marco Motroni, quien formara parte de la famosa orquesta Novel, que defendió la música isleña en Estados Unidos. Motroni vivió en Cuba de niño, pero tocaba fundamentalmente en Nueva York.
Nació en 1945 en La Habana; en 1963 se graduó de la George Washington High School en Manhattan debido a que, tras la llegada al poder del dictador Fidel Castro, la familia escapó pronto de la isla cuando él tenía once años. Sus raíces cubanas permanecieron intactas y salieron a la superficie a través de la música.
Otros eran menos conocidos, simples empleados, padres y madres de familia, pero aún así todos cubanos.
Nancy E. Pérez, 36 años, residente de Secaucus, Nueva Jersey, empleada de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. Pérez arribó a Nueva York desde Cuba con sus padres y hermanas en 1970.
George Merino, 39 años, residente de Queens, Nueva York, empelado de Fiduciary Trust International. Nació en Matanzas y huyó del régimen en 1968.
Niurka Dávila, de 47 años, residente de New York, y empleada de la de la División de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. Nacida en Cuba, Dávila llegó a la Autoridad Portuaria en 1985 como Rosa Dávila, luego de naturalizarse como ciudadana estadounidense eligió cambiar su nombre por el de Niurka.
Juan Lafuente, 61 años, residente en Poughkeepsie, Nueva York, empleado del Citibank y nacido en Cuba.
Michael A. Díaz-Piedra III, de 49 años, residente de New York, empleado del Bank of New York, del que era vicepresidente a cargo de la planificación de recuperación de desastres. Díaz-Piedra era hijo de un rico hacendado cubano exiliado después de la revolución comunista de Fidel Castro. Llegó a Estados Unidos desde Cuba cuando tenía 8 años y siempre mantuvo fuertes lazos con la cultura de su patria.
Carlos Domínguez, 34 años, residente de East Meadow, Nueva York, trabajaba como técnico de Marsh & McLennan Cos Inc. Nació en los Estados Unidos hijo de un matrimonio de cubanos.