Este lunes, el régimen cubano denunció al Departamento de Estado estadounidense por supuestamente chantajear a países en la ONU para que no apoyen la resolución contra el embargo.
Según Granma, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, dijo que, «lejos de atender al reiterado llamado de la comunidad internacional que durante más de dos décadas ha adoptado esta resolución de manera prácticamente unánime, Estados Unidos realiza maniobras adicionales para dificultar su adopción».
Además, señaló que el gobierno de EEUU trata de influir sobre los países latinoamericanos y que «hace apenas una semana fueron convocadas en Washington, por el Departamento de Estado, las Embajadas de cuatro países» de la región, «con el objetivo de obtener su voto en contra de dicho proyecto de resolución».
El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, también se unió a los reclamos en Twitter.
"Denuncian presiones de EE.UU.. para evitar apoyo a resolución contra el bloqueo. Como siempre el imperio acude a prácticas sucias y perversas".
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es uno de los que ya manifestó que votará a favor de que se mantenga el embargo estadounidense contra Cuba.
Desde 1992, la Asamblea General ha aprobado ampliamente una resolución que pide el fin del embargo, iniciada en el contexto de la Guerra Fría, tres años después de la revolución socialista en la isla, y promulgada por el Congreso de los Estados Unidos en 1992. El año pasado, el texto fue aprobado por 189 votos a favor y solo dos en contra, de Estados Unidos e Israel, sin abstención. Brasil siempre ha votado por poner fin al embargo.
Este año, la misma resolución se someterá a votación en la Asamblea General del 6 al 7 de noviembre. La decisión del ministro Ernesto Araújo fue que Brasil votara en contra del texto, pero según la prensa brasileña los diplomáticos todavía están tratando de convencerlo de que opte por la abstención, lo que tampoco tendría precedentes en el caso brasileño, pero sería menos duro que el voto contra Cuba.