Hace pocos años nadie en Cuba se preocupaba por la belleza del cabello afro y mucho menos se impartían talleres sobre su cuidado. Parecía un mal chiste llevar los rizos y libres, tal cual habían crecido. De eso se percató la artista Susana del Pilar Delahante Matienzo y, en la Bienal de La Habana, en 2015, creó un proyecto para celebrar el cabello desde la concienciación: "Lo llevamos rizo", concurso de cabello afro natural.
En 2019, un grupo de mujeres especialistas en diferentes áreas se sumaron al comité organizador del proyecto. "Hay una informática, una abogada y una estilista", dice la historiadora del arte Annia Liz de Armas, otra de las integrantes de "Lo llevamos rizo".
El concurso, que al principio era sólo para mujeres y niñas, ya se ha extendido también a los hombres. Se compite en tres modalidades posibles: dreadlocks, trenzado o cabello suelto. La competencia está abierta para personas de todas las edades y los géneros.
"Compite quien lleva el peinado pero, en el caso del trenzado, como es tan importante la labor del peluquero, pusimos como condición indispensable que se inscribiera el modelo junto a la persona que lo peinó. Cuando damos el resultado, reconocemos a ambos, al que lleva el peinado y al que lo hizo", explica Annia Liz.
"El objetivo principal es volver a reivindicar el cabello natural dentro de la sociedad cubana", dice Yuliet Arianne Pérez, una de las organizadoras del concurso. "Pero no solamente como una cuestión de moda".
"Lo que queremos es que las personas hoy hablen de autorrespeto, de autoaceptación, de autovaloración; de que se sientan personas negras y defiendan su cuerpo tal cual es", añade Annia Liz.
Lo primero es orientarlo hacia el cuidado y mantenimiento de su cabello afro natural. Pero más que un concurso que premiara lo que se podía exhibir, se premiara también (en el 2019), el sentir de cada persona, el esfuerzo y el trabajo que tomó cada persona a la hora de interiorizar el mensaje que queríamos transmitir.
"Estamos conscientes de que no es un concurso que se tiene que hacer cada dos años", dice Annia. "La misma gente nos exigió llegar al punto en que estamos hoy. Estamos formando una estructura para hacer talleres comunitarios, peinar niños y extender nuestro trabajo", concluye Yuliet. "Mi sueño es que negros y negras nos amemos tal cual somos, negros y negras".