El gobierno de Cuba revisó al alza este sábado el crecimiento de la economía de la isla en 2018, que situó ahora en un 2,2% en lugar del 1,2% anunciado en diciembre pasado, debido a incrementos no planificados en los sectores de la Construcción, Salud y Agricultura.
"En el año 2018, una vez concluidos los cálculos y las conciliaciones de los niveles de actividad que determinan el comportamiento de la economía, se alcanzó un crecimiento del PIB del 2,2%, superior al 1,2% que, como estimado, informamos en diciembre", explicó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
El mandatario informó sobre la corrección al alza durante el discurso de cierre del tercer periodo de sesiones de la IX legislatura del Parlamento de la isla, en el que también estuvo presente el expresidente y líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), Raúl Castro.
La cifra anterior se había elaborado "a partir de los resultados reales de la economía de julio, el cierre de septiembre y un estimado de diciembre", especificó ante los diputados el ministro de Economía, Alejandro Gil.
En la corrección influyeron crecimientos "por encima de lo estimado" en el área de la construcción, que experimentó un alza del 9,3 % frente al decrecimiento del 2,2 % calculado, aclaró.
También aumentaron los índices en salud (de 1,3 al 3 %) y agricultura (de una caída del 4,9 % a un crecimiento del 2,6 %), informó la web oficial Cubadebate en la reseña de la sesión parlamentaria, a la que no tiene acceso la prensa extranjera.
El 1,2 % anterior fue anunciado en diciembre pasado por el propio Gil en el último pleno del año de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) del país caribeño, que registró un crecimiento económico del 1,6 % en 2017 según datos del Gobierno, cuyos indicadores no están auditados por ningún organismo internacional.
Entonces el ministro cubano de Economía reconoció que se incumplía la previsión de un 2% para 2018, aunque consideró el resultado como "meritorio" en medio de un "adverso escenario" por el embargo de Estados Unidos e incumplimientos en sectores clave como el turismo y los servicios.
La corrupción y las ilegalidades, el poco nivel de ahorro, el endeudamiento y los insuficientes ingresos por exportaciones están entre los principales lastres de la economía de la isla, que trata de alejar el fantasma de la recesión, reaparecido en 2016 (-0,9 %) por primera vez en más de 20 años.
Cuba logró recuperarse con el 1,6 % logrado en 2017 y ahora con el 2,2 % de 2018, mientras que para este año el Gobierno espera un "realista" 1,5 %, meta que peligra por el endurecimiento del embargo económico de Estados Unidos y su nueva prohibición de que atraquen cruceros en costas cubanas.
Esta misma semana el ministro de Turismo, Manuel Marrero, informó ante el Parlamento de que pronostican perder un 10 % de turistas extranjeros con respecto a 2018, y reconoció que la suspensión de los cruceros desde EE.UU. impedirá llegar a la meta de 5,1 millones de visitantes, cifra que ahora sitúan en torno a los 4,3 millones.
La endémica crisis de su aliado Venezuela, que ha disminuido drásticamente sus envíos de crudo subsidiado, la terminación de miles de contratos por servicios médicos en Brasil y los daños causados por fenómenos naturales también podrían influir negativamente en el crecimiento económico de Cuba este año.
Durante su discurso de este sábado, Miguel Díaz-Canel advirtió de que la revisión al alza del índice económico de 2018 "implica que para alcanzar el crecimiento planificado en el 2019 se requiere crecer más que lo inicialmente previsto".
"En el presente año, aún en el ojo del huracán de las adversidades que el enemigo concibió para asfixiarnos, la economía cubana puede crecer ligeramente gracias a que contamos con potencialidades para resistir y continuar avanzando en nuestro desarrollo", insistió.
Agregó que en el primer semestre de 2019 "no se alcanzaron los ingresos previstos por exportaciones. No obstante, se han cumplido niveles de producción que son esenciales para el país".
Díaz-Canel mencionó los "los picos de desabastecimiento" de meses anteriores, cuando desaparecieron de las tiendas productos y alimentos básicos, y reconoció el "déficit" en la importación de combustible, que ha obligado a aplicar "medidas de restricción interna" para evitar apagones programados.
El presidente aseguró que el Gobierno está poniendo todos sus recursos en la "batalla económica", y adelantó la futura aplicación de nuevas medidas que serán "oportunamente informadas".