"La belleza de la soledad": apuntes sobre el documental Sueños al pairo

"Porque la memoria histórica de un país no se puede borrar como la lluvia borra el polvo. La memoria histórica de un país sobrevive al paso del tiempo regresa para que precisamente volvamos a repensar un país y sus decisiones"
 

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 ( … sigo siendo lo mismo que en aquel entonces, una oveja perdida, un poco más viejo, o no sé, tal vez más inocente…)

                                                                                                                                                          Mike Porcel

Aún se escuchan los ecos de las polémicas en torno al documental Sueños al pairo de los realizadores José Luis Aparicio Ferrera y Fernando Fraguela Fosado. Esta obra debió competir en la edición 19 de la Muestra Joven ICAIC que ha quedado aplazada, en suspenso.

Y así como los acordes nostálgicos de la guitarra de Mike Porcel se escuchan en casi todo el metraje del documental como un tierno lamento, las voces de los realizadores son como las olas de ese mar embravecido que dejan su huella entre la espuma y las rocas, porque la belleza y la poesía son el signo que recorre a Sueños al pairo de principio a fin.

El arte es de por sí transgresor, el arte no es cómodo o complaciente, el arte es como alimento para el espíritu, y sobre todo pone el dedo en la llaga en fenómenos, hechos o situaciones que no por lejanos en el tiempo dejan de tener vigencia, porque lo primero que sentí cuando terminé de ver el documental fue dolor, y sobre todas las cosas una necesidad de expresar preocupación, quizá la de los realizadores, de que momentos como los vividos en los años ochenta, que generaron una histeria de violencia colectiva a raíz del éxodo de cubanos por el Mariel no vuelva a ocurrir, porque duelen las imágenes del documental, un grito de rebeldía, pero sobre todo una nostalgia.

Narrado con una estructura que apela a la entrevista, las imágenes de archivo y las memorias del personaje centro del relato en off, con una voz por momentos entrecortada, como un susurro, nos va llevando de la mano por su historia de vida, una vida signada por la incomprensión, la soledad, y hasta el silencio.

La ausencia de color en la fotografía es un elemento que traduce el sentir de una época. Escoger a manera de opening las imágenes de cubanos apaleando a cubanos en una actitud de violencia y cólera, traduce un momento histórico complejo y convulso, donde el extremo era el denominador común.

La guitarra de Mike Porcel se convierte en personaje que connota de alguna manera la belleza en un contexto ausente de belleza. Las imágenes de una violencia desconcertante que dan inicio al documental se ven matizadas por los acordes de una guitarra y una voz…te preguntas qué ha sido de mí en los últimos meses desde que me fui con las aves más viejas que migran al sur si mi canto se ha muerto entre sueños de amor.

Estos versos de un lirismo conmovedor nos presentan a un trovador que a pesar del dolor por los años de incomprensión no dejó de cantarle al amor. No son gratuitas entonces esas imágenes de odio, que establecen un contrapunteo con la música y la voz del trovador. Poesía versus barbarie.

En una época signada por la negación de ambigüedades, existencialismos, ternuras, la obra de Mike Porcel padeció el inevitable cuestionamiento. El documental revisita su obra y el momento histórico que le tocó vivir, y nos convierte en sujetos participantes del conflicto, se quiere que sintamos, que no olvidemos. 

Hay en Sueños al pairo una gran dosis de lirismo dada por las propias canciones del trovador, la estética del video clip está presente en el documental.  El collage, la utilización de fotos y primerísimos planos de las mismas nos introduce en el universo existencial, en la vida de un hombre solitario, que padeció la ira de las multitudes que no le comprendieron, y más aún, no le perdonaron la ternura.

 La utilización de las imágenes de archivo del Noticiero ICAIC Latinoamericano, y fragmentos de discursos del líder de la revolución cubana Fidel Castro no son para nada gratuitos en el audiovisual, porque la memoria histórica de un país no se puede borrar como la lluvia borra el polvo. La memoria histórica de un país sobrevive al paso del tiempo regresa para que precisamente volvamos a repensar un país y sus decisiones.

El uso de la entrevista sirve de apoyatura para reforzar esa memoria en mayúsculas, que rescata una historia de viaje personal que deviene en macro historia de una nación y sus desatinos, y por qué no, sus arrepentimientos, sus miedos, sus tristezas.

Logro del documental es el punto de vista de los realizadores a la hora de mostrar las imágenes que contienen una violencia extrema. "Tratamos de no relativizar la violencia con motivos contextuales", afirmó uno de sus realizadores; la violencia es terrible en cualquier circunstancia. Los sucesos cobran vida a través de las confesiones de amigos, músicos, instrumentistas, voces que intentan desde el presente dialogar con el pasado, hacerlo visible desde aristas diversas. Se podría decir que hasta los que no accedieron a ser entrevistados connotan con el silencio respuestas evidentes.

Los conflictos de un hombre como Mike Porcel podrían resumirse como los de un hombre solo enfrentado a una vorágine combativa y enérgica que no le perdonó su intimismo y una vida signada por preocupaciones existenciales, porque la supuesta debilidad, las influencias de música foránea en su propia música eran el resultado de una visión transgresora sobre el arte, una defensa a ultranza de su propio yo, enfrentado a un contexto convulso de medidas extremas.

La utilización del recurso de la animación para recrear momentos de crudeza en la vida del protagonista, como el acto convocado en su casa por su decisión de abandonar el país es de un realismo impresionante, logra trasmitir a través de las imágenes animadas el caos y hasta la histeria colectiva que se generó en las afueras de la casa durante una semana. La voz en off le impregna a la narración el desconcierto vivido y hasta lo innombrable, porque sus propios compañeros del movimiento de la Nueva Trova cuestionaron su decisión de abandonar el país, en una carta que funciona como paratexto podemos leer entre otras tantas ofensas: vete y piensa que a donde quiera que vayas te seguirá nuestro odio.

La poesía que acompañó la vida del trovador Mike Porcel está presente en el discurso del documental. Poderoso discurso humanista que desacraliza y desencartona posiciones, actitudes, decisiones, que al final redundan en una vida donde, como el mismo cantautor dice: de nada ha servido perder la belleza.

Las imágenes de un hombre en el exilio de Miami, en su día a día, donde al final el color aparece como signo de una vida recobrada, y su trabajo diario en la composición, son la despedida a golpe de guitarra, nostalgia. La bellísima canción Diario funciona como leitmotiv de lo narrado, es cíclica la estructura de Sueños al pairo, escuchamos nuevamente la canción, pero esta vez las imágenes nos muestran al trovador interpretando lo que pudiera ser como un himno en su devenir como poeta y trovador, porque como dijera en un verso de la canción y entre tantas preguntas llegas a pensar que he olvidado tu beso y tu forma de estar… pienso en ti.

En la escena final del documental cuando el trovador interpreta esta canción, que resume el sentir de una época signada por la soledad y las interrogantes, Mike Porcel mira a cámara como en un acto de fe, nos mira, pareciera que en su mirada hay un dolor que no le ha abandonado, una nostalgia persistente. Como ráfagas pasan las imágenes de un pasado que regresa, un pasado de odio, de ostracismo, de abandono de los suyos, el tiempo del olvido abre las venas a través de su canto, ha regresado con su música y la fe de una vida que no dejó de creer en la belleza.

Sueños al pairo conmueve por la sinceridad y el homenaje, por la polémica que como toda obra auténtica deja en las mentes y los corazones de los que amamos el arte como vía de exorcizar demonios, pero también como única vía de movilizar conciencias y repensar un pasado histórico que se vivió en blanco y negro, con ausencias de matices. Enhorabuena a los jóvenes realizadores del documental, a la osadía, y sobre todo por revisitar un momento histórico doloroso, cuestionable, que sobre todas las cosas no debe ni puede quedar en el olvido.