A través de un artículo de Granma fechado este 26 de febrero el régimen de los Castro responsabilizó al gobierno de los Estados Unidos por la crítica situación en que se encuentra el transporte estatal.
El diario del Partido Comunista de Cuba dijo que el transporte ha sido uno de los sectores más afectados por el recrudecimiento de embargo norteamericano contra el gobierno de la isla, y que, aunque no hay un solo sector de la economía que haya salido, el transporte figura entre los más golpeados, y lo dice con tal resolución, que cualquiera de sus lectores que no esté al tanto de la mala gestión que ha venido realizando el gobierno de Diaz-Canel, pudiera creerse que la economía y el desarrollo de Cuba se maneja desde la Casa Blanca.
Luego de esto la nota de Granma enumera un número de acciones que desde siempre ha implementado el gobierno de Estados Unidos en el marco del embargo, pero paradójicamente reconoció que la administración de la isla puede adquirir equipos y partes automotrices con hasta un 10% de componentes estadounidenses.
El ministro de Transporte Eduardo Rodríguez Dávila, durante una comparecencia este martes 25 de febrero en el programa televisivo Mesa Redonda, dijo que su ministerio había comprado dos aviones para la transportación aérea y que sin haberlos entregado "recibimos una comunicación del fabricante terminando el contrato", y por supuesto, la culpa de esto se la adjudicó al gobierno de Trump.
Y como si una cosa tuviera que ver con la otra, el titular de Transporte recordó ante las cámaras, que recientemente se limitó el arribo de los vuelos comerciales y de los chárter desde Estados Unidos al interior del país, y dijo que esta medida ha generado congestión en el aeropuerto José Martí de La Habana, y un incremento en el tráfico interno por carretera para trasladar a todas esas personas, y se lamentó de los inconvenientes y las supuestas molestias que esto ha provocado.
En una evidente incongruencia con sus aseveraciones, el dirigente reconoció que desde el pasado año y debido a la contingencia energética que ha estado sufriendo la Isla, la transportación de pasajeros ha padecido un decrecimiento.
"La afectación no fue mayor por el conjunto de medidas adoptadas por nuestro gobierno para contrarrestar los efectos de esta situación, y la cooperación de nuestro pueblo", dijo, y reconoció que algunas de las acciones implementadas en aquel momento, como la indicación de que los vehículos estatales debían contribuir al traslado de pasajeros, se han resquebrajado.
Por otro lado, y como tratando de darle veracidad a sus justificaciones, Eduardo Rodríguez dijo que "también estábamos desarrollando con una importante compañía internacional un proyecto para la modernización de nuestros principales talleres ferroviarios, pero después de dos años de trabajo para su implementación, nos informaron que también se retiraban, por temor a la aplicación de la Ley Helms-Burton".