El 70 por ciento de la población cubana disfruta de televisión digital, tras seis años de implementado el servicio y una lenta inserción de la Isla al sistema que ya es común en cualquier país latinoamericano.
Las autoridades cubanas han vendido más de 2,2 millones de dispositivos receptores de señal digital en las tiendas estatales. En esta cifra no se contemplan los adquiridos en el mercado negro o los importados desde el extranjero, por lo que el número es mucho mayor.
El director general del Instituto de Investigación y Desarrollo de Telecomunicaciones (Lacetel), Glauco Guillén, informó al oficialista diario Granma que esperan acabar con el sistema analógico en 2023, lo que supondría casi una década de esfuerzo para el cambio total al sistema digital.
Las cajas decodificadoras de la TDT en Cuba cuestan entre 30 y 50 CUC en dependencia de la calidad de la imagen, siendo las de alta definición las más caras. Muchas familias no pueden acceder a ellas en un país donde el salario promedio mensual apenas rebasa los 20 dólares.
La televisión digital terrestre representa un importante ahorro energético en el proceso de la transmisión. Además, permite servicios de valor añadido que, hasta el momento los proveedores de contenidos en analógico no podían ofrecer: señales de radio, servicios interactivos, guía electrónica de programas y servicios públicos.
Con el comienzo del acceso a la televisión digital en Cuba, se incorporaron dos nuevos canales a la parrilla televisiva que ofrece este servicio: Clave, canal estrictamente musical, y MiTV, un canal de temática infantil.
En mayo de 2013, Lacetel anunció que Cuba utilizará la norma china de Transmisión Digital Terrestre Multimedia o DTMB, luego de lo cual comenzaron las transmisiones de prueba en la capital La Habana, donde se realizaron demostraciones en una zona de 45 mil hogares.