Maduro pide ayuda a México y Uruguay para facilitar un diálogo y neutralizar a Guaidó

El presidente de la Asamblea Nacional rechaza la posibilidad de una negociación y apuesta por mantener el pulso en la calle.
Maduro pide ayuda a México y Uruguay para facilitar un diálogo y neutralizar a Guaidó
 

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Nicolás Maduro se dirigió este sábado a los Gobiernos de México, Uruguay y Bolivia para pedirles su apoyo en la exploración de un nuevo intento de diálogo con la Asamblea Nacional venezolana. El país lleva dos meses y medio sumido en una profunda crisis social e institucional y Juan Guaidó, presidente del Parlamento reconocido como mandatario interino por Washington, la Unión Europea y la mayoría de América Latina, no está dispuesto a ceder un paso en su desafío al régimen.

Mientras tanto, el chavismo, que no ha perdido el control del aparato estatal, intenta desactivar la iniciativa del líder opositor. Lo ha hecho por la vía administrativa, retirándole, por ejemplo, la inmunidad parlamentaria, lo que le expone a su encarcelamiento en cualquier momento. Y lo hace con un llamamiento al diálogo en unos términos sin definir.

"Venezuela pide apoyo y acompañamiento para un gran diálogo de paz y entendimiento", manifestó Maduro en un acto con militantes convocado, como viene siendo habitual, para contraprogramar las movilizaciones de los simpatizantes de Guaidó. "Toda mi voluntad para buscar una vía de negociación (...) por el bien del futuro", insistió. Sin embargo, la mayoría de las fuerzas opositoras rechazan de plano esa hipótesis y, tal y como repite Guaidó, la ruta a seguir es: "cese de la usurpación, un Gobierno de transición y elecciones libres". Aunque sus dirigentes reconocen que en ese escenario debería darse una negociación con sectores del oficialismo, no aceptan, al menos por el momento, la posibilidad de unas conversaciones con Maduro, marcadas por las condiciones y los ritmos del gobierno como ha ocurrido en otras ocasiones sin consensos válidos. 

El sucesor de Hugo Chávez volvió a responsabilizar a la oposición de la mayor crisis eléctrica sufrida por Venezuela en el último mes con tres apagones masivos. Habló de nuevo de "ataques cibernéticos" con el apoyo de la Administración de Donald Trump y añadió a la ecuación Colombia y Chile. Sin embargo, en medio del creciente agotamiento de la población desempolvó la idea de la concertación. "Llamo al diálogo nacional", insistió.

Días después de la proclamación de Guaidó, el pasado 23 de enero, México y Uruguay lanzaron una propuesta para rebajar la tensión en contra del criterio de los más de 50 países que quieren que Maduro abandone el poder. Convocaron una reunión y el 7 de febrero se reunieron en Montevideo con varios representantes de la Unión Europea y latinoamericanos, donde se creó el llamado Grupo de Contacto. No obstante, los intentos de salida del laberinto venezolano no prosperaron.

Ahora el mandatario trata de reactivar una propuesta de diálogo que, al menos a corto plazo, tiene difícil concreción. Guaidó lanzó ayer una nueva fase de protestas con las que pretende redoblar la presión y marchar hasta el Palacio de Miraflores. El líder opositor prometió que, a pesar de los retrasos, echará el resto en la calle, mencionando de nuevo la posibilidad de una intervención internacional. "Nuestros aliados dijeron que es prematuro. Pero, ¿vamos a esperar o vamos a seguir en las calles de Venezuela?".

 

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