El fiscal especial designado por el Departamento de Justicia del presidente Donald Trump para indagar sobre la investigación de Rusia, acusó a Michael Sussmann, un destacado abogado demócrata, de hacer una declaración falsa al FBI al no revelar que estaba trabajando para varios clientes, incluida la campaña presidencial de Hillary Clinton.
En la imputación, el fiscal especial John Durham acusó al abogado Sussmann de ocultar el hecho de que estaba trabajando para la campaña de Clinton en 2016 mientras impulsaba una investigación sobre los supuestos vínculos con Rusia del entonces candidato Donald Trump.
Durante una reunión el 19 de septiembre de 2016 entre Sussmann y el entonces consejero general del FBI, James Baker, Sussman le contó a Baker sobre sospechas relacionadas con supuestas comunicaciones secretas entre la campaña de Trump y Rusia.
Según la denuncia, "Durante la reunión, Sussmann mintió sobre la capacidad en la que estaba proporcionando las acusaciones al FBI. Específicamente, Sussmann declaró falsamente que no estaba trabajando 'para ningún cliente'.
La acusación dice que Sussmann, cuya firma había representado anteriormente al Comité Nacional Demócrata, le dijo a James Baker del FBI, en septiembre de 2019, que no estaba "representando a ningún cliente" cuando presionó por una investigación sobre Trump, "lo que llevó al Asesor Jurídico del FBI a pensar que Sussmann estaba actuando como un buen ciudadano simplemente transmitiendo información, no como un defensor pagado u operativo político ".
Sin embargo, ante el Congreso, en 2017, Sussmann testificó que buscó la reunión en nombre de un cliente anónimo que se especializaba en ciberseguridad. Según la acusación presentada, la mentira fue crucial porque engañó al FBI "sobre la naturaleza política de su trabajo".
La reunión entre Sussmann y Baker fue parte de un testimonio bajo juramento ante el comité de inteligencia de la Cámara de Representantes que investigaba el expediente Trump-Rusia. En ese momento, Sussmann estaría vinculado con el Comité Nacional Demócrata y estaba trabajando en asuntos relacionados con el pirateo de sus servidores por parte de Rusia en 2016, según su testimonio ante el Congreso.
En la reunión con James Baker, “Sussmann transmitió datos y análisis de investigadores de ciberseguridad que pensaban que algunos datos extraños de Internet podrían ser evidencia de un canal de comunicaciones encubierto entre servidores informáticos asociados con la Organización Trump y con Alfa Bank, una institución financiera rusa vinculada al Kremlin”, informó The New York Times.
El FBI finalmente concluyó que las alertas transmitidas no tenían fundamento. “El fiscal especial que más tarde se hizo cargo de la investigación de Rusia, Robert S. Mueller III, desestimó las afirmaciones en su informe final”.
Sussmann negó cometer un acto indebido pero ocultó el hecho de que estaba trabajando en nombre de la campaña presidencial de la ex-secretaria de Estado Hillary Clinton, según reportó Fox News.
La acusación ante el gran jurado se presentó solo unas semanas antes de que expirara el plazo de prescripción de cinco años. Todavía no está claro si la investigación de Durham continuará siendo financiada al finalizar el año fiscal del gobierno este 30 de septiembre.
El Departamento de Justicia del presidente Joe Biden permitió que avanzara la acusación a pesar de una apelación por escrito de los abogados de Sussman al Fiscal General Merrick Garland.
Los abogados de Sussmann, Sean Berkowitz y Michael Bosworth de Latham & Watkins, emitieron un comunicado anticipándose a la acusación negando cualquier irregularidad. “Sussmann no ha cometido ningún delito”, dijeron.
“Cualquier enjuiciamiento aquí sería infundado, sin precedentes y una desviación injustificada de la forma apolítica y de principios en la que se supone debe hacer su trabajo el Departamento de Justicia. Confiamos en que si Sussmann es acusado, prevalecerá en el juicio y reivindicará su buen nombre ”, agregó el comunicado.
El fiscal Durham fue designado por Trump para examinar cómo el FBI, la CIA y otras agencias investigaron la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y las posibles conexiones con la campaña de Donald Trump. Durham negoció una declaración de culpabilidad de un abogado del FBI que fue sentenciado en libertad condicional después de haber admitido que mintió en una solicitud de orden de vigilancia.
Parte de la investigación de Durham busca descubrir o determinar si Sussmann estaba trabajando en secreto para la campaña presidencial de 2016 de Hillary Clinton y el Partido Demócrata. Este último contrató a Fusion GPS, una firma de investigación que eventualmente contrató al ex espía británico Christopher Steele para encontrar información que comprometiera a Trump.
El expediente de Steele se convirtió en la base de las acusaciones que vincularon la campaña de Donald Trump con el presidente ruso Vladimir Putin y por el cual los servicios de inteligencia de los Estados Unidos obtuvieran las órdenes de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera para el ex asistente de campaña de Trump, Carter Page.
El Departamento de Justicia finalmente descartó las afirmaciones y sospechas contra la campaña de Trump por no tener mérito, según el informe de Mueller.
Donald J. Trump y sus partidarios han acusado durante mucho tiempo a los demócratas y a la firma Perkins Coie, cuyo grupo de abogados políticos, una división separada de Sussmann, representaba al partido y a la campaña de Hillary Clinton, de tratar de avivar sospechas injustas sobre los supuestos vínculos de Trump con Rusia.
Durham descubrió registros de facturación de Perkins Coie, la firma de abogados en la que Sussman es socio, que muestran que facturaron a la campaña de Clinton cuando Sussman estaba trabajando en asuntos relacionados con Alfa Bank, según información difundida por The New York Times.
Los abogados de Sussmann, sin embargo, argumentaron que los registros de facturación son "engañosos".