La actriz de “Ghost”, Demi Moore de 58 años, ha dado la campanada a nivel mundial recorriendo la primera la pasarela en París. A lo lejos parecía una diosa con un traje de satén negro de entre las columnas doradas del parisino Palacio Brongniart, pero de cerca dejó a más de uno en shock tras vérsele varios retoques faciales, para muchos horrorosos.
No es la primera vez que Moore se estira la cara. Desde hace tiempo, incluso antes de su matrimonio con el también actor Ashton Kutcher, 16 años más joven que ella, la intérprete era amante de los quirófanos de los cirujanos plásticos.
Esta vez la línea que separa un trabajo fino de uno desastroso se ha quedado en nada, pues el rostro de la actriz quedó algo desfigurado, como cambiado, y casi resulta imposible reconocer algún rasgo de aquella mujer por la que Patrick Swayze luchaba en “Fantasma”.
¿Qué se hizo? Varias revistas coinciden en que Moore se ha hecho un tratamiento en sus mejillas para lograr una cara más angulosa. La técnica, conocida como bichectomía, es una de las más demandadas en Hollywood.
Se trata de una operación mediante la cual se retiran las almohadillas de grasa -las bolas de Bichat- de los carrillos para mejorar y estilizar el contorno del rostro y lograr un aspecto más armónico. Angelina Jolie, Elsa Pataky, Kim Kardashian o Jennifer Lawrence, por ejemplo, son algunas de sus compañeras de profesión que también han sucumbido a esta técnica.
En el caso de la protagonista de 'Striptease' el resultado le ha dejado la cara dividida por dos líneas diagonales artificiales, desde las orejas hasta los labios, que también han adquirido una extraña similitud con el pico de un pato.
En el palacio parisino, acondicionado para la ocasión, han desfilado con magníficos trajes renombradas 'tops', entre ellas Naomi Campbell, Kate Moss y su hija, Lila Grace Moss, Christie Turlington, Cara Delevingne, pero también Leonetta y Delfina Fendi, hijas de Silvia Fendi.