Lin Qi, uno de los nombres más importantes de la industria en China, falleció el pasado viernes tras ser envenenado, presuntamente, por uno de sus socios. El caso se ha hecho aún más famoso por su conexión con El problema de los tres cuerpos, la popular novela de ciencia ficción.
Qi acudió al hospital el pasado 16 de diciembre aquejado de graves dolencias. Las pruebas médicas revelaron la presencia en su organismo de un agente tóxico sin identificar.
Yoozoo Games, su compañía, emitió un primer comunicado en el que aseguraba que su máximo responsable permanecía estable y que lo sucedido no afectaría a la actividad de la empresa. La salud de Lin, no obstante, empeoró rápidamente hasta que falleció el pasado 24 de diciembre, según confirmó Yoozo en un texto posterior.
La policía de Shanghái ha seguido el caso desde el primer momento, tal y como informaba en una notificación reciente. Aunque todavía quedan muchos detalles por esclarecer ya hay, al menos, un presunto culpable. Tras registrar el lugar de los hechos, las fuerzas de seguridad detuvieron a un varón de apellido Xu, identificado como un compañero de trabajo de la víctima y sospechoso de haber cometido “un delito grave”.
Medios locales chinos, citando a fuentes anónimas de la industria, han señalado que esta persona sería Xu Yao, antiguo miembro de la junta directiva de Yoozoo quien, tras dimitir en 2019, pasó a encabezar la división cinematográfica de la empresa, donde lideraba varias adaptaciones de El problema de los tres cuerpos.
La más importante era una futura serie para Netflix, en la que Lin aparecía como productor, y que contaba con la participación de David Benioff y D. B. Weiss, creadores de Juego de Tronos, como guionistas y productores ejecutivos.
Esta saga de tres libros, creación del escritor chino Liu Cixin, fue publicada en China en 2008 y traducida al inglés en 2014. Desde entonces se ha convertido en un fenómeno comercial, con más de 8 millones de copias vendidas en todo el mundo y suscitando los elogios de personalidades como Barack Obama, Mark Zuckerberg o el escritor George R.R. Martin. Esta trilogía no solo ofrece una visión de un futuro en el que la humanidad se prepara para recibir una invasión extraterrestre, sino que también viaja al pasado para profundizar en la Revolución Cultural que tuvo lugar en China entre 1966 y 1976.
En su ambicioso asalto a la industria audiovisual, Yoozoo pujó por adquirir los derechos de la obra. La empresa había anunciado una inversión de 200 millones de yuanes (25 millones de euros) para llevar a cabo sus adaptaciones, un presupuesto que ha ido creciendo a medida que los plazos se retrasaban en repetidas ocasiones.
No es el único proyecto internacional de Yoozoo, que comenzó su andadura en el sector de los videojuegos. Su primera gran apuesta fue Game of Thrones: Winter Is Coming, un juego de estrategia basado en la famosa serie de HBO. Lin soñaba con hacer de su empresa una firma global y había fiado su estrategia a la adquisición de los derechos de grandes productos culturales para su explotación comercial. Yoozoo, de hecho, ya recababa dos tercios de sus beneficios en el extranjero.
Sin embargo, no eran tiempos prósperos para la casa. En los últimos años Lin había reducido su participación accionarial, pasando de un 35% a un 24%, con el propósito de paliar su acuciante deuda. A pesar de que sus ingresos han aumentado un 41% en el ejercicio en curso, sus beneficios se han reducido un 21% con respecto a un año atrás y su cotización en Bolsa ha caído un 40% desde enero. La reciente salida de cuatro miembros de su junta directiva redondea la complicada situación de Yoozoo, agravada con el fallecimiento de su máximo responsable. Este misterio, de momento, está por resolver.