El Foro de Sao Paulo, cuya XXV edición bajó el telón este domingo en Caracas, volcó en la declaración final toda su solidaridad con el cuestionado gobernante venezolano, Nicolás Maduro, a quien casi 500 delegados internacionales arroparon con su respaldo durante 3 días.
El texto, cuyo borrador se conocía desde el sábado, también rompe una lanza por "todos los gobernantes progresistas que reciben amenazas y ataques del imperialismo norteamericano y sus aliados", una alusión al expresidente brasileño preso, Luiz Inácio Lula Da Silva, y a los mandatarios de Nicaragua y Cuba, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel, respectivamente.
Precisamente el líder cubano, que arribó este domingo a Venezuela para la clausura del foro, reiteró su apoyo a Maduro, a quien consideró "el legítimo presidente" del país.
"Aquí estamos para acompañar la heroica resistencia venezolana y reclamar el fin del cerco brutal que le han impuesto, Venezuela es hoy la primera trinchera de la lucha antiimperialista", dijo.
El propio Maduro, que encabezó el acto de clausura del foro en el palacio presidencial de Miraflores junto a Díaz-Canel y un nutrido grupo de los delegados internacionales, alabó el desarrollo del evento e hizo un llamado a "superar los estigmas" y a la "verdadera unión" de las fuerzas de izquierda de la región.
También aprovechó para arrojar dardos contra el presidente colombiano Iván Duque, y su mentor, Álvaro Uribe Vélez, a quienes calificó de "paramilitares" al recordar que los colombianos habían señalado hace días que Iván Márquez y Jesús Santrich, dos excombatientes de la guerrilla FARC, tomarían parte en el Foro de Sao Paulo.
"Dijeron que venían Iván Márquez y Jesús Santrich (y) me quedé esperando", dijo Maduro antes de aseverar que los exguerrilleros "son bienvenidos a Venezuela" cuando quieran, porque son, dijo, "dos líderes de paz".
Pidió además a la excongresista colombiana Piedad Córdoba -una de las participantes del Foro de Sao Paulo- que lleve ese mensaje a Márquez y Santrich.
Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias "Jesús Santrich", se encuentra en paradero desconocido después de que abandonase su esquema de seguridad el pasado 29 de junio, cuando se encontraba visitando el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Tierra Grata, en el departamento del Cesar (norte), donde los exguerrilleros completan su reinserción a la vida civil.
Antes de eso, estuvo 416 días preso por un proceso de narcotráfico en el que la justicia de Estados Unidos lo acusa de haber conspirado para enviar diez toneladas de cocaína a ese país después de la firma de la paz.
Maduro reiteró además sus denuncias sobre el presunto espionaje militar que asevera aplica Estados Unidos contra su Gobierno.
"A esta misma hora que estamos reunidos debe estar pasando el avión espía estadounidense, vamos a saludarlo", indicó a manera de broma.
El pasado lunes, el ministro de Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, dijo que en los últimos tres meses aviones espías estadounidenses han hecho 78 incursiones en el espacio aéreo venezolano -167 en total este 2019, aseguró-, y que estas violaciones se "han incrementado" desde enero pasado, cuando el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, proclamó un Gobierno interino.
El Comando Sur de Estados Unidos negó hace una semana la primera incursión que denunció Venezuela este mes, y aseguró que su avión "estaba realizando una misión reconocida y aprobada en espacio aéreo internacional sobre el mar Caribe".
Maduro dijo hoy que estas acciones denotan la "prepotencia militar" de Estados Unidos, y que "hagan lo que hagan (y) digan lo que digan" Venezuela está preparada y "seguirá de pie, avanzando en resistencia victoriosa".
Venezuela y Estados Unidos mantienen relaciones tirantes prácticamente desde la llegada del chavismo al poder, en 1999, pero la tensión se agudizó en enero pasado, cuando el Gobierno de Donald Trump reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino, al igual que otras 53 naciones.
Este reconocimiento a Guaidó forma parte de la iniciativa estadounidense que empezó hace casi seis meses para desalojar del poder a Maduro, a quien el Gobierno de Trump ha pedido en numerosas ocasiones que convoque elecciones "libres y transparentes".
Hoteles cinco estrellas y poco contacto con la realidad
El partido opositor primero Justicia ha denunciado el alto coste del Foro (unos 200 millones de dólares), en tiempos en que el país atraviesa la peor crisis humanitaria de su historia.
Los asistentes internacionales del Foro de Sao Paulo se hospedan en los hoteles Alba Caracas y Meliá Caracas, en el oeste de la capital, donde la habitación más económica (y que incluye desayuno) tiene un costo por noche de 1.159.000 bolívares, el equivalente a casi 28 salarios mínimos (fijado en 40 mil bolívares). El hospedaje durante el evento completo (por tres noches) sería el equivalente a casi 40 mil salarios mínimos.
Su contacto con el pueblo venezolano al que dicen apoyar ha sido escaso. Varios de los asistentes al evento incluso cuestionaron en redes sociales que hubiera hambre en Venezuela y mostraron fotos de las comidas que han disfrutado como participantes del evento-"vitrina":