El presidente estadounidense, Donald Trump, salió temporalmente este domingo del hospital militar Walter Reed para saludar por sorpresa y desde un auto al grupo de simpatizantes que se han concentrado en las cercanías del complejo.
Trump, con mascarilla y las ventanas cerradas, apareció en uno de los vehículos blindados de su comitiva presidencial y saludó a las personas que se han concentrado fuera del complejo Walter Reed, en Bethesda (Maryland), con banderas con el nombre del presidente y mensajes de apoyo al mandatario, que lleva aquí ingresado desde el viernes por la noche tras dar positivo por la COVID-19.
Dos agentes del servicio secreto, también con mascarillas, le condujeron en esta breve salida del hospital.
El viaje no fue anunciado y ni siquiera el grupo de periodistas de la Casa Blanca que hace guardia para informar sobre el presidente fue avisado con antelación.
Trump anunció su salida en un video en Twitter un poco después de las 5:00 pm (hora local): "Vamos hacer una pequeña visita sorpresa a algunos de los patriotas que están en la calle, que llevan ahí mucho tiempo, con banderas de Trump y que aman nuestro país".
"Ha sido un viaje muy interesante, he aprendido mucho sobre la COVID. Lo he aprendido yendo a la verdadera escuela. Esta no es la escuela de 'leamos el libro'. Lo he aprendido y entendido", aseguró Trump como si su estadía en el hospital estuviera llegando a su fin.
El presidente dijo que ha tenido la ocasión de encontrarse con soldados y personal de emergencias, pese a que un enfermo de COVID-19 debería estar en total aislamiento.
Trump ingreso el viernes por la tarde en la suite presidencial del hospital Walter Reed tras dar positivo por la COVID-19 y experimentar una caída en el oxígeno en sangre y fiebre.
Desde el viernes, el presidente ha mejorado, según su equipo médico, y, aunque ha registrado una segunda caída en sus niveles de oxígeno, sólo ha mostrado síntomas leves.
Los médicos que lo atienden aseguraron hoy que el mandatario podría abandonar el hospital el lunes y seguir su tratamiento con antivirales y esteroides en la Casa Blanca.