El cuerpo de una bebé de menos de un año fue encontrado dentro de una maleta a finales de junio; tenía huellas de maltrato físico y sexual. Un niño de 10 años era violentado por sus padres, incluso le quemaron las manos en un sartén caliente; fueron detenidos el pasado marzo.
Los tres episodios ocurrieron en Estado de México —centro del país—, pero ejemplifican el aumento de la violencia infantil durante el confinamiento por la pandemia. De mayo a junio aumentaron en un 17.6% las denuncias de violencia en el hogar, de 16 060 a 18 884. Y en mayo se sumaron 1469 más casos a los 14 591 contabilizados en abril, según cifras del gobierno mexicano.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México ya advertía que el aumento en los niveles de estrés, la inseguridad económica y alimentaria, así como el confinamiento por la pandemia, han causado un crecimiento radical de los niveles de violencia doméstica en el país.
Además, el encierro ha intensificado la vulnerabilidad de las víctimas ya que pierden la visibilidad que el contacto con el exterior les proporcionaba. “Los niños tienen una posibilidad muy limitada para denunciar porque quienes resultan ser sus agresores son quienes tienen que cuidar de ellos, quienes tendrían que ser su entorno más protector”, explicó a Infobae México Leonardo Mier, oficial nacional de Protección a la Infancia de Unicef.
El último día de clases en México fue el viernes 13 de marzo. Desde entonces los menores han estado confinados en sus hogares. En marzo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registraba 20 232 casos de violencia familiar; en abril fueron 14 591. En teoría se registró una baja significativa de un mes a otro del 27.9%.
Pero en la práctica, esa variación refleja otro factor de riesgo. “Se ha reducido el número de denuncias porque son los cuidadores los que ahora definen los temas vitales de niños y niñas, los mismos que normalmente los agreden”, recalcó Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
La Unicef también alertó que la pandemia ha agravado la violencia que viven los menores en sus hogares. Pero desde antes del COVID-19 ya veían cifras alarmantes. En su “Informe Anual 2019: Avances y desafíos para la niñez y la adolescencia en México”, el organismo indicó que de los 39.8 millones niños y adolescentes mexicanos, el 63% de los menores entre 1 y 14 años han sufrido algún tipo de violencia en el hogar y a diario se registran 4 homicidios de niños, niñas y adolescentes.
Para Mier la cuestión es que, en México, la violencia infantil doméstica está sumamente invisibilizada por percepciones culturales. “Las instituciones siguen dándole poca importancia a la violencia en contra de los niños porque se siguen viendo como si fueran propiedad de sus padres”.
Mientras que Unicef urge como medida inmediata —para tratar de contener el recrudecimiento de la violencia doméstica durante el tiempo que aún falta de confinamiento— que se facilite el acceso de las víctimas a los sistemas de justicia y que se fortalezca, y adecue, la capacidad de respuesta de los proveedores de atención a estas.