La decimoquinta edición del Tattoo Show de Buenos Aires, el principal evento internacional de tatuajes del país, arrancó este viernes con varias novedades entre las que destacan los tatuajes sanadores y la presencia de los "villanos barbudos", gente de aspecto rudo y gran corazón.
"Los tatuajes sanadores serían los tatuajes que cubren heridas, cicatrices o tatuajes viejos", destacó a Efe Sebastián Mauri, miembro de la casa de tatuadores Mandinga y uno de los pioneros en esta práctica.
Para Mauri todo comenzó hace un año, cuando una joven que se había quemado gran parte del cuerpo debido a una explosión en su garaje a raíz de un escape de gasolina acudió a él para pedirle un dibujo que cubriera sus cicatrices.
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"Todo surgió el año pasado acá mismo con una chica que vino con un brazo todo quemado con la idea de hacerse un tatuaje y que en ningún lado se lo querían hacer. Me mostró la idea de lo que se quería hacer, me pareció que era viable, le dije que si con mucho miedo y le quedó buenísimo", destacó.
A raíz de ese día los tatuajes sanadores aumentaron hasta tal punto que ahora ocupan "el 80 %" de la actividad de este estudio, demandados por un tipo de cliente que responde a un patrón definido.
"La mayoría de los tatuajes son por quemaduras de agua, siempre se da un patrón parecido, quemaduras de agua hirviendo y cuando fueron muy jóvenes, por accidentes domésticos", agregó.
La parte sanadora de este trabajo llega a nivel estético, ya que el "ornamentar el cuerpo" permite a la gente "levantar la autoestima y poder ponerse ropa que antes no se ponía". "Hasta los médicos recomiendan tatuarse, vino mucha gente que han tenido cirugías en el vientre y el mismo médico le dijo que la única manera de poder disimularlo es tatuarse", subrayó.
A nivel técnico trabajar con pieles dañadas supone un proceso de aprendizaje ya que se trata de "ir viendo como evoluciona cada vez que viene la persona".
Junto a los tatuajes sanadores de Mandinga y otros muchos artistas, en el pabellón porteño destaca la presencia de un grupo de aspecto rudo, dominado por grandes barbas y muchos tatuajes, que se hacen llamar "Bearded Villains" (Villanos Barbudos) y que luchan por combatir los estereotipos asociados a su aspecto.
"Bearded Villains es una hermandad altruista. Hacemos muchas obras de caridad, llevamos de comer a la gente en situación de calle, apadrinamos comedores, vamos a los hospitales de niños a regalarles juguetes... Es un club que se formó para cambiar el paradigma y los prejuicios que hay a la gente con barba y tatuajes", aseguró a Efe Mauro Ponti, miembro de la hermandad argentina.
El primer club de estos barbudos altruistas se fundó en Los Angeles en 2014 y en la actualidad ya cuentan con representación en 95 países y con más de 7.000 miembros. Para formar parte de esta curiosa hermandad basta con "tener una barba frondosa de mas de 5 centímetros" y compartir los valores del grupo, basados en "querer mejorar como persona".
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Este año realizarán el primer encuentro latinoamericano de la hermandad aprovechando el Tattoo Show, que se celebra por decimoquinta vez en Buenos Aires y que espera acoger a 40.000 personas que tendrán la oportunidad de disfrutar del trabajo de artistas de renombre como los estadounidenses Ink Master y Tattoo Nightmares.