Estados Unidos registró 41 nuevos casos de sarampión la semana pasada, lo que elevó el número total de casos a 981 y se considera el peor brote de la enfermedad desde 1992, dijeron el lunes funcionarios federales de salud.
El Centro para el control y la prevención de enfermedades (CDC por su siglas en inglés) anunció que el número de casos de esta enfermedad altamente contagiosa y, a veces mortal, aumentó en un 4% en la semana que terminó el 31 de mayo, en comparación con la semana anterior.
El brote de 2019, que se ha extendido a 26 estados, es el peor desde 1992, cuando se registraron 2,126 casos.
Los funcionarios federales de salud atribuyen el brote de este año a que algunos padres se niegan a vacunar a sus hijos. Estos padres creen, contrariamente a la evidencia científica, que los ingredientes de la vacuna pueden causar autismo.
La enfermedad ha afectado principalmente a niños que no han recibido la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola, que confiere inmunidad a la enfermedad.
El jueves, los funcionarios del CDC dijeron que el brote había superado el número total de casos por año durante los últimos 25 años, superando los 963 casos confirmados en 1994.
El sarampión se declaró eliminado en los Estados Unidos en 2000, lo que significa que no hubo una transmisión continua de la enfermedad durante un año. Aún así, los casos de virus se producen y se propagan a través de viajeros procedentes de países donde el sarampión es común.
Los funcionarios del CDC advirtieron que el país corre el riesgo de perder su estado de eliminación del sarampión si el brote actual, que comenzó en octubre de 2018 en Nueva York, continúa hasta octubre de 2019.
"El sarampión se puede prevenir y la forma de poner fin a este brote es asegurar que todos los niños y adultos que puedan vacunarse se vacunen", dijo el director de los CDC, Robert Redfield, en una declaración el jueves. "Quiero asegurarles a los padres que las vacunas son seguras, no causan autismo".
El brote ha aumentado desde 82 personas en 2018 y más de 40 en 2019 trajeron el sarampión a los Estados Unidos desde otros países, con mayor frecuencia Ucrania, Israel y Filipinas, dijeron funcionarios federales.