El joven estudiante sudafricano Sibusiso Qongqo, quien cursaba el quinto año de la carrera de Medicina en La Habana, murió en Cuba tras un cáncer del páncreas que no superó, según informó el “iReport South Africa”.
Este medio de prensa también informó que “los restos del estudiante solo podrán ser repatriados después de que reabran las fronteras ante la actual epidemia de la COVID-19 que afecta a Cuba”.
Cuentan además que Qongqo ingresó en un hospital de la capital de la Isla el sábado 25 de abril, con fuerte dolor, y allí le diagnosticaron un cáncer pancreático en estado terminal. El joven falleció cuatro días después del ingreso.
"Nuestro corazón está con su familia, particularmente porque es este un momento muy difícil, sus padres no pueden viajar o llevar su cuerpo a casa. Tendrá que ser enterrado en Cuba o incinerado para que, una vez que la aerolínea comience a operar nuevamente, las cenizas puedan ser llevadas de regreso a Sudáfrica, por lo que estamos esperando que sus padres nos guíen en lo que habrá que hacer", dijo la embajadora de Sudáfrica en Cuba, Thaninga Pandit Shope-Linney.
En diciembre de 2017 Sihle Cebo Makhaye y Sibusiso Gracias Ngeleka, otros dos estudiantes de Medicina sudafricanos radicados en Cuba, murieron ahogados en una piscina.
Unos meses antes, en agosto de 2017, otro estudiante de ese país (de tercer año de Medicina) fue hallado muerto en La Habana, y según la hipótesis que manejó el régimen habría sido un "suicidio".
El Programa de Formación de Médicos de Sudáfrica en Cuba surgió en 1997 tras la firma de acuerdos de colaboración entre los ministerios de Salud de las dos naciones durante la presidencia del reconocido “Nobel de la Paz”, Nelson Mandela.
Este abril un total 217 médicos cubanos fueron enviados a Sudáfrica por el régimen cubano para combatir la pandemia en ese país. Antes, en ese mismo avión habían llegado insumos, así que “la ayuda” solo resultó un canje de servicios.