El periodista Dante Leguizamón, uno de los argentinos a bordo del crucero Rotterdam, que ayudó a aliviar la situación en el Zaandam, un barco de Holland America Line donde se registró un brote de la enfermedad del COVID-19, presentó un habeas corpus ante un tribunal argentino con el objetivo de volver a casa.
En declaraciones a Efe, Leguizamón señaló que su abogado presentó el habeas corpus ante el tribunal federal Número 3 de Córdoba, en el centro de Argentina, con el objetivo de que el juzgado "exija" a Holland America que le haga comparecer ante un juez.
"El reclamo de mi familia es que Holland me lleve a mi casa. Cuando uno hace un reclamo en la justicia, el juez debe decidir varias cosas: si corresponde que él actúe, si coincide o no con el planteo, si coincide cómo lo monitoriza, si lo monitoriza a quién le pide que lo haga, y si hay muchas jurisdicciones a qué organismos le solicita que facilite a Holland la concreción del pedido", señaló Leguizamón.
A la petición se sumó este lunes la Universidad Nacional de Córdoba, en donde trabaja Leguizamón como parte de sus Servicios de Radio y Televisión (SRT), solicitando la condición de "amicus curiae" del periodista.
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En ese sentido, su abogado, Claudio Orosz, afirmó a Efe que el tribunal cordobés "ya tiene receptado" el habeas corpus, agregando que "está por salir el oficio a Cancillería".
Aunque la mayoría de los pasajeros sanos a bordo del Rotterdam ya fueron trasladados a sus hogares a través de aviones fletados cerca del puerto de Port Everglades (Florida), Leguizamón no pudo sumarse a esa lista al figurar como parte de la tripulación del crucero, ya que se fue de viaje invitado por un amigo suyo que forma parte de los trabajadores del barco.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino manifestaron que están trabajando para traer de vuelta "en algún momento" a los once argentinos que, incluyendo a Dante Leguizamón, aún no han sido repatriados y que están ahora mismo fondeados en el archipiélago de las Bahamas a bordo del Rotterdam.
"El problema es que Leguizamón se anotó como tripulante (en el crucero), aunque no lo era, pero figura así y las autoridades norteamericanas no entienden el pliegue", afirmaron a Efe fuentes de la Cancillería.
El Rotterdam llegó este domingo a las inmediaciones de Gran Bahama, la isla más septentrional del archipiélago, aunque no ha tocado tierra y la situación de las personas a bordo es muy dispar.
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"Algunos (de los argentinos en el crucero) están bien, otros muy mal, va cambiando. Somos once argentinos. Una señora uruguaya casada hace 50 años con un argentino está con nosotros", manifestó Leguizamón.
Estas personas que quedan en el crucero no pudieron ser repatriadas en un vuelo chárter en el que este jueves partieron los ciudadanos uruguayos que había a bordo del Rotterdam, a pesar de que lo habían pedido e incluso varios de ellos llegaron a desembarcar para emprender el viaje.
Todo comenzó el pasado 7 de marzo, cuando el Zaandam partió desde el puerto de Buenos Aires con 1.243 pasajeros y 586 tripulantes para realizar una travesía que incluía las islas Malvinas y el sur de Chile, por lo que estaba en el mar cuando el coronavirus SARS-CoV-2 comenzó a impactar con fuerza en el continente americano.
Por ese motivo, y por llevar a bordo a más de 130 personas con síntomas de una enfermedad respiratoria, incluyendo otros cuatro pasajeros de edad avanzada que fallecieron en el transcurso del viaje, el Zaandam no pudo atracar en ningún puerto de la costa oeste de Suramérica después de que lo hiciera en Punta Arenas (Chile) el 14 de marzo.
El buque prosiguió entonces su camino hacia Panamá, en donde la naviera Holland America envió a otro de sus barcos, el Rotterdam, para recoger a todos los pasajeros asintomáticos -unos 400- y así continuar el viaje hacia Estados Unidos en dos buques por separado.