Presa política Taimir García necesita un kit quirúrgico para ser operada

La presa política Taimir García Meriño, condenada por el régimen a cinco años de cárcel, necesita un kit quirúrgico para ser operada de la vesícula, según reportes en redes.

La vida de Taimir precisa de esa donación; quienes deseen ayudar pueden contactar a su esposo Holmis Rivas al teléfono 56755607, según dijo la ex prisionera política Martha Beatriz Roque en Twitter.

Su esposo Holmis Rivas contó a ADN Cuba que a Taimir le diagnosticaron hace poco que tenía la vesícula acodada y la presencia de varias piedras, una de las cuales le mide 13 milímetros. "Tiene que ser intervenida lo más pronto posible" mencionó.

En mayo el  Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) señaló que el estado de salud de Taimir era delicado y que peligraba en el penal Kilo 5 de Camagüey donde está recluida.

La activista, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y de la iniciativa Cuba Decide, fue detenida el 21 de abril de 2021 junto a Adrián Góngora y Damián Hechevarría durante una protesta pública contra las altas multas impuestas por inspectores estatales. 

Después de pasar un año recluida sin juicio, García Meriño fue condenada a 5 años de privación de libertad por los supuestos delitos de "doble atentado, desacato y resistencia" y enviada a la prisión conocida como "Kilo 5" o "Granja 5", ubicada a más de 150 kilómetros de su hogar en Las Tunas.

Según Holmis Rivas Carmenate, esposo de García Meriño, desde su detención forzada, la activista ha sido sometida a intensos interrogatorios. Su salud ha comenzado a deteriorarse debido a una huelga de hambre de 6 días en la que exigía su liberación, ya que le estaban imputando delitos que no había cometido.

Después de ser trasladada a la prisión Taimir García fue aislada y pasó varios meses sin recibir atención médica, a pesar de su solicitud y de presentar problemas de salud previos.

Según su esposo, tras varias denuncias, se le realizaron exámenes médicos que revelaron cinco enfermedades, tres de las cuales ya tenía antes de ingresar a prisión y dos adquiridas durante su encarcelamiento: diabetes y gastritis, agravadas por una alimentación deficiente en el penal.

Además, la activista ha desarrollado una grave inflamación de la vesícula, lo que ha generado dolores intensos y fiebre. Aunque se le ha prometido que se agilizarán los trámites para que sea examinada y posiblemente operada en la cárcel, la falta de medicamentos y una mala alimentación continúan afectando su estado de salud.