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Sacerdote cubano Alberto Reyes: el castrismo usa a los presos como "una moneda de cambio"

El sacerdote critica que estas excarcelaciones sean usadas como una moneda de cambio político, lo que considera una estrategia de manipulación que ignora la dignidad y los derechos fundamentales de los detenidos.

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Todos a casa
FB/Alberto Reyes | Todos a Casa

Creado: January 20, 2025 2:38am

Actualizado: January 20, 2025 2:48am

El sacerdote Alberto Reyes, conocido por su postura firme contra el régimen cubano, ha emitido una reflexión contundente sobre la excarcelación de 553 presos políticos, una medida que, según las autoridades, busca responder a negociaciones con Estados Unidos y la mediación del Vaticano.

En un análisis publicado en su cuenta de Facebook, Reyes expone una visión crítica sobre este proceso, cuestionando tanto sus motivaciones como sus implicaciones futuras.

En sus palabras, Reyes expresa una mezcla de alivio y preocupación. Por un lado, celebra que parte de los presos políticos puedan regresar a sus hogares, lo que considera un motivo de alegría para ellos y sus familias.

Sin embargo, su satisfacción está profundamente marcada por el escepticismo: “No puedo evitar sentirme sumergido en eso que llamamos 'sentimientos encontrados'”, afirma.

El sacerdote critica que estas excarcelaciones sean usadas como una moneda de cambio político, lo que considera una estrategia de manipulación que ignora la dignidad y los derechos fundamentales de los detenidos.

Reyes subraya que el encarcelamiento por razones políticas es, en sí mismo, una violación de la libertad individual y de los derechos humanos.

En este contexto, denuncia que el régimen trate a los presos políticos como mercancías para obtener concesiones internacionales, lo que, a su juicio, desvirtúa cualquier narrativa de “gesto de buena voluntad”.

“Si en realidad esto responde a un gesto humanitario, ¿por qué no se libera a todos los presos políticos?”, se pregunta el sacerdote, poniendo en duda la sinceridad detrás de la medida y señalando la exclusión de numerosos detenidos que aún permanecen tras las rejas.

Otra de las preocupaciones que aborda Reyes es el destino de los presos liberados. “¿Se les condicionará a abandonar el país, quieran o no? ¿Podrán reincorporarse pacíficamente a la sociedad, o se les hará la vida imposible?”, cuestiona.

Estas interrogantes reflejan un temor extendido entre los críticos del régimen: la posibilidad de que las excarcelaciones sean un mecanismo temporal para aliviar tensiones internacionales sin ofrecer soluciones reales a los problemas internos del país.

El sacerdote también plantea una hipótesis inquietante: que estas liberaciones sean parte de una estrategia para liberar espacio en las cárceles en previsión de futuras protestas. “Este pueblo, antes o después, tendrá que salir a las calles... ¿Es que la excarcelación es la desocupación de unas celdas que pronto serán rellenadas?”, reflexiona.

En su análisis, Reyes advierte que mientras el gobierno no aborde los problemas estructurales que generan descontento, las manifestaciones y el conflicto social seguirán siendo inevitables.

Más allá de las excarcelaciones, Reyes enfatiza que las soluciones reales para Cuba no dependen de negociaciones internacionales, sino de decisiones internas. Insta al gobierno a reconocer los derechos fundamentales de sus ciudadanos, incluyendo la libertad de expresión, el derecho a la protesta pacífica y la posibilidad de un sistema político plural.

“Nos toca a nosotros, cada uno desde donde le corresponda, reclamar una y otra vez lo que nos pertenece por derecho, lo que nunca nadie debió habernos quitado”, concluye, dirigiéndose tanto a los ciudadanos como a las autoridades.


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