La policía nigeriana rescató a más de 300 personas, en su mayoría niños, hallados encadenados en el interior de un edificio en la ciudad norteña de Kaduna, dijo el viernes un portavoz policial.
Muchos de los niños tenían cadenas de metal alrededor de los tobillos y varios de ellos habían sido torturados y violados, dijo la policía. El portavoz añadió que el edificio albergaba una escuela islámica y que siete personas fueron arrestadas.
Una redada policial en el barrio de Rigasa llevó hasta la escuela donde había niños de "distintas nacionalidades", en "condiciones inhumanas y degradantes", ha indicado un portavoz policial, Yakubu Sabo, que agregó que los detenidos eran el propietario de la escuela y seis empleados más.
"Hemos encontrado un centenar de estudiantes, entre ellos niños de apenas nueve años, encadenados en una pequeña habitación", ha declarado Sabo, precisando que muchos de ellos tenían cicatrices en la espalda. "Las víctimas habían sido maltratadas. Algunas declaran haber sido violadas por sus profesores", ha añadido.
La policía encontró igualmente una sala de tortura donde se colgaba a los alumnos de las sillas y se les golpeaba cuando habían cometido alguna falta.
"Las víctimas eran de nacionalidades diferentes y dos de ellos declararon que habían sido llevados hasta el colegio por sus padres desde Burkina Faso", ha añadido el portavoz.
Por su parte, el propietario de la supuesta escuela aseguró que su única actividad era la enseñanza del islam, y rechazó como falsas cualquier acusación de “tortura, deshumanización y homosexualidad”.
“Estas personas están siendo utilizadas, deshumanizadas. Podéis verlo por vosotros mismos”, continuó el jefe policial Janga, quien añadió que “ningún padre razonable llevaría a sus hijos a un lugar como este”.
Las autoridades intentan ahora contactar con los familiares de los menores liberados, que fueron trasladados anoche a un estadio de Kaduna, mientras que ocho personas permanecen arrestadas como sospechosos.
Las escuelas islámicas, conocidas como Almajiris, son comunes en todo el norte musulmán de Nigeria, un país que se divide de manera más o menos equitativa entre los seguidores del cristianismo y el Islam.
En estos centros, muy extendidos en África Central y Occidental, los alumnos aprenden los conocimientos básicos de la cultura islámica además de versículos del Corán. En la práctica, sin embargo, muchos de estos colegios se han convertido en lugares donde, bajo la excusa de enseñar los preceptos del Islam, supuestos maestros someten a los alumnos a un sinfín de abusos e incluso facilitan que sean captados para grupos terroristas.
La escuela donde han sido hallados estos niños ya había sido denunciada por varios vecinos, según ha indicado la policía.
(Con información de Reuters y El País)