El magnate británico Richard Branson, dueño Virgin Atlantic y Virgin Australia, intenta conseguir que sus aerolíneas no sucumban al impacto del coronavirus, para lo cual ha solicitado una suerte de rescate crediticio a los gobiernos del Reino Unido y Australia, pero no han accedido hasta el momento.
En el caso australiano, la firma se declaró voluntariamente en suspensión de pagos el 21 de abril, y es la primera aerolínea de gran envergadura que colapsa en Asia-Oceanía por el impacto de la pandemia, según ha reportado la BBC.
La empresa quedó en manos de administradores judiciales, mientras se define cuál será su destino, dijo la cadena.
"Esto no es el fin de Virgin Australia, sino un nuevo comienzo. Vamos a trabajar día y noche para que se concrete", escribió Branson en Twitter.
En el Reino Unido la firma aún no se ha declarado en quiebra, pero no tiene buena salud financiera, como sucede a toda la industria de la aviación.
Branson le ha pedido al gobierno británico que le dé oxígeno, pero ha sido duramente criticado por no salvar la empresa con su propia fortuna, estimada en más de US$4.000 millones, según Forbes, y acudir al dinero de los contribuyentes.
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"Muchas aerolíneas alrededor del mundo necesitan apoyo gubernamental y muchas lo han recibido", señaló Branson en una carta que dirigió a sus trabajadores.
El multimillonario, por su parte, dijo que su fortuna está invertida y que, por lo tanto, no la tiene "en una cuenta bancaria, lista para sacarla".
Muchos británicos creen que él no merece ninguna ayuda estatal porque no vive en el Reino Unido y no paga impuesto a la renta desde hace 14 años.
"Joan y yo no dejamos el Reino Unido por razones impositivas, sino por nuestro amor a las Islas Vírgenes Británicas y en particular a la Isla Necker, que compré cuando tenía 29 años".
Branson ha ofrecido esa isla como garantía al gobierno británico para que le preste los fondos. Ha sido su feudo durante las últimas cuatro décadas y ha funcionado como un exclusivo resort de veraneo.
Se desconoce el precio de la isla, pero Farhard Vladi, un empresario que se dedica a arrendar y vender islas privadas, le dijo a Bloomberg que en 2017 la isla había sido valorada en más de US$100 millones.
Una larga lista de aerolíneas ha solicitado préstamos fiscales en distintos países para evitar la bancarrota. El número de vuelos aéreos ha caído cerca de 80% en 2020.
Cerca de 17.000 aviones se encuentran actualmente en tierra en los aeropuertos del mundo, según la firma consultora Ascend by Cirium, lo que representa cerca de dos tercios de la flota internacional, dijo el reporte de la BBC.