El presidente estadounidense, Donald Trump, elogió hoy al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, y minimizó su papel en el asesinato el año pasado del periodista saudí Jamal Khashoggi, a pesar de que la ONU le ha señalado como responsable directo de los hechos.
Durante un desayuno de trabajo en la segunda jornada de la cumbre del G20 en Osaka, Trump describió a Bin Salman como su "amigo" y le felicitó por su "trabajo espectacular", además de destacar que "Arabia Saudí es un buen comprador de productos estadounidenses".
Varios periodistas le preguntaron por Khashoggi, pero Trump ignoró esos intentos y pareció irritado por el hecho de que los reporteros insistieran en ello.
En una conferencia de prensa posterior, Trump afirmó que sí había preguntado a Bin Salman sobre el tema, y que el príncipe saudí respondió que "han procesado a unas trece personas" por el asesinato, lo que demuestra que "se lo han tomado muy en serio".
"Estoy extremadamente enfadado y descontento porque haya ocurrido algo así", subrayó Trump.
"Pero en Arabia Saudí están procesando a más gente (por ello), y hasta ahora nadie ha señalado directamente al futuro rey de Arabia Saudí", añadió.
Esa afirmación de Trump obviaba el hecho de que este mes, la ONU publicó un informe que responsabilizaba directamente al príncipe Bin Salman del asesinato de Khashoggi.
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Naciones Unidas pidió más sanciones internacionales contra la monarquía saudí e instó a continuar las investigaciones bajo los auspicios del organismo internacional.
Trump subrayó que Bin Salman también estaba "muy enfadado" por lo ocurrido, y dejó claro una vez más que no permitirá que el asunto empañe la alianza económica y de seguridad entre Estados Unidos y Arabia Saudí.
"(Los saudíes) han dotado 400.000 millones de dólares (en negocios) distintos" en Estados Unidos, destacó.
Khashoggi, columnista del diario The Washington Post y crítico con la monarquía de su país, fue presuntamente asesinado y descuartizado por agentes saudíes -entre ellos algunos cercanos al príncipe heredero- en el consulado de Arabia Saudí en Estambul el 2 de octubre del año pasado.
Durante la última cumbre del G20, en diciembre en Buenos Aires, la Casa Blanca decidió no programar un encuentro entre Trump y Bin Salman debido a la polémica por el supuesto asesinato de Khashoggi, aunque ambos mantuvieron una breve conversación.
Las relaciones con Arabia Saudí volvieron enseguida a la normalidad pese a la polémica, especialmente a medida que empeoraban las tensiones con un enemigo común, Irán.
En su encuentro en Osaka, Trump y Bin Salman hablaron además del "papel clave de Arabia Saudí a la hora de garantizar la estabilidad en Oriente Medio y los mercados globales del petróleo", y de "la amenaza creciente de Irán" y "el aumento en el comercio y las inversiones" bilaterales, según un comunicado de la Casa Blanca.
El príncipe saudí alabó también a Trump en la reunión por "haber creado muchos logros políticos y económicos" en su país, y confió en trabajar con él para la "creación de empleos y la seguridad" de las dos naciones.