La política exterior rusa ha dado un cambio drástico hacia Occidente al exigir un acuerdo explícito entre Moscú y Washington sobre la expansión de la OTAN cerca de las fronteras rusas, aseguró este 2 de febrero Alexander Mercouris, especialista británico en relaciones internacionales.
“Nunca antes, en ningún momento desde el final de la Guerra Fría o incluso durante la misma, los rusos insistieron en un tratado internacional para limitar la expansión de la OTAN hacia el este. El hecho de que Putin esté hablando de esta manera es una señal de la creciente confianza rusa”, dijo Mercouris sobre el último discurso de Putin sobre el tema ucraniano.
Estas demandas tienen un trasfondo muy claro: Moscú no tolerará la expansión de la OTAN a lugares como Ucrania, Georgia, Moldavia y el resto de naciones en su área de influencia y exigen un tratado claro y “en papel” sobre estas discordias.
A juicio de Mercouris, el discurso de Putin el 1 de diciembre en la sede del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores “se convertirá en uno de los más importantes de la era post-Guerra Fría” y “se entenderá como una ruptura fundamental en la política exterior rusa”.
El analista duda sobre el tiempo que demorará la diplomacia occidental, especialmente la de EE. UU., en tomar este giro seriamente, pero dice que es inevitable, debido a la confianza creciente de Moscú en su propia fuerza.
Pone como ejemplo las negociaciones entre el líder soviético Nikita Jruschov y el presidente John F. Kennedy tras la crisis de los misiles en Cuba como ejemplo del camino que debería tomarse para apaciguar a Putin, aunque el zar exige más: un tratado en toda la regla.
Mercouris considera que Putin trataría de buscar de esta manera un modo de ligar a EE. UU. al derecho internacional y, sobre todo, de señalarlo ante la comunidad de naciones a favor de Rusia si Washington decide violar el acuerdo y expandir los límites de la OTAN cerca de territorio ruso.
En su discurso, Putin dijo que “la prioridad a la que se enfrenta la diplomacia rusa en esta coyuntura es intentar que a Rusia se le otorguen garantías de seguridad fiables y a largo plazo”.
También se refirió a las promesas verbales incumplidas de Washington, un tema que los expertos han señalado constantemente como una de las cusas de la crisis en Ucrania.
A fines de la década de 1980 y principio de la del 90, los presidentes Ronald Reagan y George H. Bush prometieron a Mijaíl Gorbachov que la OTAN no se expandiría hacia el este una vez que Rusia hubiese abandonado su ideología comunista. Pero no lo cumplieron.
“En realidad hicieron absolutamente lo contrario. En efecto, las preocupaciones de seguridad legítimas de Rusia fueron ignoradas y continúan siendo ignoradas de la misma manera incluso ahora”, dijo Putin.