Gran conmoción embargó al aeropuerto Charles de Gaulle de Paris el miércoles, cuando los técnicos del lugar encontraron el cadáver de un niño en el tren de aterrizaje de un Boeing 777 perteneciente a Air France.
La aerolínea lamentó el “drama humano” y confirmó que había ocurrido una grave violación de seguridad en el aeropuerto de Abidjan en Costa de Marfil, del que provenía el vuelo. Una fuente anónima allí confirmó que el niño era marfileño, pero dijo no saber cómo pudo ingresar al tren de aterrizaje y si contó con la ayuda de alguna persona para hacerlo.
En los últimos años decenas de adolescentes provenientes de África, han sido encontrados muertos de frío o aplastados en el compartimiento del tren de aterrizaje de varios vuelos. Entre nueve mil y 10 mil metros, altitud a la que viajan los aviones de línea, la temperatura desciende a -50ºC. El compartimento del tren de aterrizaje no está presurizado ni cuenta con calefacción.
La directora de la Asociación Fronteriza Nacional para Extranjeros (Anafé, por sus siglas en francés), Laure Palun, declaró a AFP estar “profundamente consternada” por el suceso. Cuestionó las políticas migratorias de la Unión Europea, pues “cuando no hay una ruta legal de migración, las personas tienen que esconderse para llegar al país al que desean ir, y esto provoca tragedias”.
“Como piloto, he visto muchas personas en la pista sin que nadie sepa quiénes son ni de dónde vienen”, declaró un piloto del aeroclub de Abidjan quien prefirió mantenerse en el anonimato.
A pesar de que Costa Marfil es una de las economías africanas con mayor dinamismo (promedia 8% de crecimiento del PIB anual desde 2012), la emigración clandestina a Europa creció en los últimos años.
En 2017, ocho mil 753 migrantes de 14 a 24 años llegaron a Italia, incluidas mil 263 mujeres y mil 474 menores no acompañados, según cifras del Centro Internacional de Voluntario (CEVI, por sus siglas en italiano), una ONG de ese país.