La firma estadounidense de comida a domicilio Blue Apron se ha disparado en la última semana en torno a un 400 %, coincidiendo con la propagación del coronavirus en Estados Unidos y las primeras medidas a nivel local para que los ciudadanos mantengan distancias sociales, teletrabajen o se confinen en sus hogares.
La compañía entrega los ingredientes y un menú para que los clientes los cocinen en casa.
Con una capitalización de mercado de unos 215 millones de dólares, Blue Apron debutó en la Bolsa de Nueva York a mediados de 2017, valorada en unos 1.900 millones, pero no tuvo demasiado éxito en su recaudación inicial.
De hecho había operado sin llamar la atención hasta estos días, cuando sus acciones han llegado a dispararse un 1.100 % en el contexto del coronavirus mientras Wall Street ha sufrido algunas de sus peores jornadas desde 1987.
No obstante, esta compañía que ha sido calificada como "la más caliente de la bolsa" en los últimos días no goza todavía de rentabilidad: en el último trimestre de 2019 tuvo unas pérdidas de casi 22 millones de dólares.
Además sus ingresos para ese mismo periodo, en comparación con el año anterior, descendieron un 33 %, hasta unos 94 millones, por lo que los analistas estaban incluso revisando a la baja sus calificaciones.
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El alza puede ser de corto plazo, dijeron, ya que ha coincidido con las órdenes de las autoridades en ciudades como la de Nueva York, Los Angeles y Seattle de que los restaurantes y bares cierren a menos que sea para hacer envíos a domicilio u ofrecer comidas preparadas para llevar, y mientras se ven aglomeraciones y estanterías vacías en algunos supermercados debido a la gente que busca provisiones.
Precisamente medios especializados como Seeking Alpha apuntan que Blue Apron no cuenta con una red de distribución sólida como sí lo hacen algunos gigantes del comercio electrónico estadounidenses que reparten también comida a domicilio, como Amazon y Walmart.
Esas dos firmas han subido un 14 % y un 19 %, respectivamente.
Los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han informado que en Estados Unidos se han confirmado más de 7.000 casos de COVID-19 hasta ahora y se han producido al menos 97 fallecimientos, aunque recuentos extraoficiales elevan la cifra de muertos a 116.