El Papa le dice a una monja que no lo muerda

Finalmente ambos terminaron abrazados y sonriendo, al parecer, la religiosa no se molestó
 

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El Papa Francisco sacó a relucir este miércoles su sentido del humor, pero también su racismo, después de que hace unos días se mostrara bastante enojado.

En esta ocasión, al ver que una monja negra entre el público se veía muy entusiasmada de verlo, este se acercó, le dio un beso pero le dijo, en tono de broma, que por favor no lo mordiera.

Finalmente ambos terminaron abrazados y sonriendo, al parecer, la religiosa no se molestó.

 

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A final de año, el papa reprendió, visiblemente molesto, a una mujer que le agarró bruscamente de la mano y lo atrajo hacia ella, mientras saludaba a los fieles en su visita a la plaza de San Pedro tras oficiar la última misa del año.

La mujer, de rasgos asiáticos, se encontraba junto al resto de fieles tras las barreras de seguridad de la plaza y cuando el papa pasó frente a ella, lo agarró de la mano.

Francisco trató inmediatamente de zafarse de la mujer y, tras lograrlo, le golpeó la mano en señal de reprimenda, visiblemente irritado, mientras sus agentes de seguridad se acercaban a ayudarlo.

El encontronazo se produjo en la plaza de San Pedro del Vaticano, adonde el pontífice argentino llegó para visitar el árbol y el Portal de Belén instalados durante el periodo navideño.

Horas después, cuando el manotazo era noticia en varios medios de prensa, el Papa pidió disculpas por su comportamiento: "Yo mismo pierdo la paciencia y por eso pido disculpas por el mal ejemplo de ayer".

 

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