El expresidente del gobierno español Felipe González sostuvo que el "Socialismo del siglo XXI" debe ser juzgado por sus nefastos resultados en países como Venezuela y Nicaragua, y que no conoce otro "socialismo" que aquél que, como primera prioridad, se plantea la defensa de la democracia y las libertades.
"Que constaten los resultados. Es relativamente fácil. El modelo más acabado de ese fenómeno es Venezuela. El siguiente alumno es Daniel Ortega y Nicaragua", dijo el exmandatario en una entrevista con Efe en la que repasó la necesidad de regeneración democrática frente a grandes desafíos como la globalización y la digitalización.
"Se habla del Socialismo del siglo XXI con propuestas fracasadas ya durante el siglo XX, por lo tanto como utopía regresiva", destacó el expolítico de 78 años para explicar la deformación que se ha hecho de ideales y corrientes políticas que han conducido a fenómenos "tiránicos".
Porque para González, si el Socialismo del Siglo XXI era la "estatalización", habría que analizar sus resultados.
"¿Ese era el propósito más definitorio en la experiencia venezolana? Dejémonos de broma. Aparte de que la revolución se convirtió en 'robolución' (que se hayan llevado 500.000 0 600.000 millones de dólares ya es una desgracia), han destruido el aparato productivo del país más rico en recursos de América Latina".
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Y como recomendación para el futuro: "Defender la democracia. Sin ella estaremos en manos de tentaciones tiránicas y me da igual que sean a la derecha que a la izquierda. Un tirano es un tirano".
En la que es su primera visita a Ecuador "en muchos años", González presentó, con la expresidenta ecuatoriana Rosalia Arteaga, su "Revolución de las cosas pequeñas" en un acto en la Asamblea Nacional en el que ha invitado a promover ideas que pongan en marcha proyectos relevantes para el país.
González también mantuvo el martes un encuentro con el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, con quien habló de pobreza y desigualdad, entre otros problemas que afectan a las sociedades del continente.
Preguntado por Efe, el exmandatario español explicó que no hay que confundir "la lucha contra la pobreza, que es imprescindible, con la desigualdad en la distribución del ingreso en la nueva economía".
"¿Es compatible una cosa con otra?", se pregunta antes de responder con un contundente "sí", y pone como ejemplo los casos de China o de América Latina, este último, "el mejor modelo".
"Se ha eliminado mucha pobreza pero no han disminuido en la misma medida las desigualdades", afirmó.