En una nueva artimaña, burlando todas las disposiciones constitucionales y usando cada resquicio a su favor, el régimen venezolano forzó este domingo la “elección” de Luis Parra como nuevo presidente de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.
Ello, en ausencia de Juan Guaidó y sin el quórum requerido, ya que la sesión se produjo sin la presencia de la mayoría de los diputados de la oposición venezolana, a quienes les impidieron el acceso y los retuvieron en los alrededores del Palacio Federal Legislativo.
De hecho, a Guaidó le impidieron por la fuerza la entrada. Videos dan cuenta de cómo intentó burlar el cerco policial y saltar la reja del Parlamento para impedir la atrocidad legislativa y antidemocrática, sin que las fuerzas de seguridad del régimen se lo permitiesen.
De acuerdo con el medio de comunicación venezolano independiente Efecto Cocuyo, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional retuvieron y chequearon las credenciales de los diputados opositores, impidiéndoles el acceso a muchos durante horas.
A través de su cuenta en Twitter, la Asamblea Nacional denunció la argucia chavista: “Golpe al parlamento. Sin votos ni quórum diputados del PSUV intentan juramentar falsa directiva”.
Y la operación se consolidó. Tan sólo con los votos de los diputados del Partido Socialista de Venezuela (PSUV) y los opositores acusados de favorecer a empresarios ligados a corrupción, Parra, quien fue expulsado del partido Primero Justicia, asumió como presidente de la Asamblea Nacional.
“Estamos obligados a acabar con la confrontación”, dijo el nuevo titular del Legislativo, que además condenó las amenazas de la comunidad internacional contra los diputados electos por los venezolanos y pidió que Moscú y La Habana se mantengan fuera de los asuntos internos de Venezuela.
Pese a esos pronunciamientos, tanto él como el resto de integrantes de la nueva junta directiva forzada por el Ejecutivo, que se “eligió” sin el quórum requerido y sin la presencia del auténtico presidente de la Asamblea, tienen acusaciones de haber aceptado sobornos del chavismo, que, mediante la llamada Operación Alacrán, habría comprado los votos de varios diputados opositores para su golpe a Guaidó, materializado tristemente el día de hoy.