Ortega reprime a Iglesia en Nicaragua, pero afirma seguir las enseñanzas del papa Francisco

Y a pesar de las palabras de admiración hacia el papa Francisco, en las últimas semanas ha sido evidente la represión desatada por la fuerza pública del régimen de Ortega contra varias iglesias católicas
Admiramos su valentía, aprendiendo de su vitalidad y coraje, dijo Ortega
 

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En una declaración que ha causado indignación en Nicaragua, el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, la todopoderosa pareja del poder en el país, afirmaron este martes que aprenden del papa Francisco para gobernar el país centroamericano, envuelto en una crisis política desde una revuelta ciudadana, ocurrida en abril de 2018.

"Siempre le leemos con atención, admirando su valentía, y tratando de aprender de su vitalidad y coraje, para ser capaces, cada día, de trabajar por un ser humano, un país, y un mundo, más allá del egoísmo", escribieron Ortega y Murillo, en una carta enviada a Francisco por su cumpleaños 83.

Actualmente Ortega y Murillo se encuentran enfrentados con un buen sector de la población, que los responsabilizan de la muerte de cientos de personas en ataques armados contra protestas antigubernamentales desde abril de 2018, así como de desapariciones, torturas, y ejecuciones extrajudiciales.

 

Y a pesar de las palabras de admiración hacia el papa Francisco, en las últimas semanas ha sido evidente la represión desatada por la fuerza pública del régimen de Ortega contra varias iglesias católicas que han sido refugio de opositores que se han manifestado en contra del Gobierno, como continuación al levantamiento civil de abril de 2018, que dejó centenares de muertos y desaparecidos.

Las arremetidas policiales contra templos católicos incluyen la ocurrida en octubre en Masaya, en la iglesia de San Miguel Arcángel, en cuyo interior se refugió un grupo de madres de presos políticos que demandaban la liberación de sus hijos, y quienes fueron rodeadas por agentes policiales para no permitir el ingreso de alimentos ni agua.

A pesar de ese contexto hostil contra le Iglesia católica, la pareja presidencial añadió en su misiva al Papa: "Usted nos enseña a asumir los desafíos de estos tiempos, y con usted seguimos aprendiendo a ver el rostro luminoso de Cristo Jesús, salvándonos de la indiferencia y la tentación permanente de cerrar puertas y corazones".

 

 

La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por la muerte de al menos 328 personas, aunque órganos locales cuentan hasta 651.

Ortega, quien reconoce 200 víctimas mortales, sostiene que se defiende de un "golpe de Estado fallido", tal como le llama al levantamiento popular en su contra, que inició en abril de 2018.

El presidente Ortega también ha acusado al Episcopado de Nicaragua de ser "golpista", luego de que la mayoría de religiosos abrió las puertas de sus parroquias para dar refugio a opositores que escapaban de los ataques armados del Gobierno, especialmente entre abril y julio de 2018.

En la carta a Francisco, Ortega y Murillo pidieron "al Redentor que nos siga usted iluminando con su sabiduría".

La estrategia del Gobierno de Nicaragua para evitar expresiones de rechazo hacia Ortega y Murillo también han dejado cientos de presos y desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio.

Nicaragua no vivía una crisis sociopolítica similar desde los años 1980 a 1990, también con Ortega en la Presidencia.

(Con información de Efe)

 

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