El Centro Cultural Cubano de Nueva York anunció el fallecimiento de la prestigiosa pianista cubana, Ivette Hernández, a la edad de 87 años.
La pianista clásica conocida internacionalmente nace en Guantánamo, y con apenas 11 años se presentó con la Orquesta Filarmónica de La Habana, interpretando Capriccio Brilliant, de Mendelssohn, bajo la dirección del austriaco Erich Kleiber.
Esta interpretación le otorgaría una beca de la Sociedad Pro-Arte Musical que la llevó por primera vez a Nueva York en el año 1947.
La artista llegó a tocar con muchos de los pianistas más grandes del mundo, como Claudio Arrau, Tomás Andrade de Silva, Arthur Rubinstein, Sophie Feuerman, entre otros. Estudió con Marcel Ciampi, en París, en el Conservatoire National Supérieur de Musique.
En 1950, la pianista británica Harriet Cohen le otorga una de las tres medallas a las jóvenes destacas del año.
Luego de recibir varios premios, regresa a Cuba para dar varios conciertos notables. Tras el triunfo del comunismo en Cuba, Ivette y su esposo, Armando Flores Ibarra, quien había sido embajador de Cuba en Checoslovaquia entre 1963 y 1965, deciden radicarse en España.
Después de tres años en España, la pianista y su familia se trasladan a Estados Unidos, donde continúa su vida artística y asesorando a estudiantes.
Tras una vida llena de éxitos en el mundo musical, fallece el miércoles 26 de mayo en Nueva York. Le sobreviven sus dos hijos y sus dos nietos.
Los familiares indicaron que se llevará a cabo una misa fúnebre el sábado 5 de junio a las 10:30 a.m., en la iglesia St. Margaret of Cortona, 6000 Riverdale Ave., Bronx, NY 10471.